Hace pocos días el portal de noticias BBC News Mundo difundió un artículo donde se describe la evolución de diversas emprendedoras latinoamericanas en tecnología. El título completo de la producción es “Cinco mujeres que lideran destacados emprendimientos tecnológicos en América Latina”.
A continuación les ofrecemos un resumen del artículo, que lleva la firma de la periodista Margarita Rodríguez.
En la introducción, la autora aporta información general sobre las mujeres y América Latina, en diferentes dimensiones. Así, dice, “según la CEPAL, en la mayoría de los países de la región, el porcentaje de mujeres graduadas de carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM, o en ingles STEM) no supera el 40%”. Y también Cepal informa que en tecnologías de la información y las comunicaciones, “en 2019 solo un 18% de la matrículas en la educación superior corresponde a mujeres”. Y agrega según la misma fuente que “cuatro de cada 10 mujeres en la región no están conectadas y/o no pueden costear una conectividad efectiva, entendida como acceso a internet, disponibilidad de dispositivos y habilidades básicas para su utilización”.
A continuación, el texto desarrolla cinco casos de emprendimientos liderados por mujeres, que poseen impronta de CyT.
Argentina: Lucía Policastro y la nanobiotecnología para la salud
Según reseña el artículo, la unión en 2012 entre la bióloga Lucía Policastro y un ingeniero que trabajaba en tecnología de microfluídos generó el interés por desarrollar nanomedicinas. Así, explica Policastro, “partiendo absolutamente de cero, cada uno poniendo su conocimiento, construimos un chip, empezamos a hacer mezclas y salieron nanomedicinas homogéneas, parejitas”.
Tal fue el comienzo de Plamic, “una plataforma tecnológica para desarrollar nanomedicinas que fue reconocida en 2021 en el Concurso Innova Salud del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Argentina y, en 2022, en el programa Brain Chile, de la Pontificia Universidad Católica”.
“La nanomedicina es un fármaco o una droga inmersa en un vehículo muy pequeño, un nanoenvase”, explica Policastro, quien es presentada en el artículo como directora del Laboratorio de Nanomedicina de la Comisión Nacional de Energía Atómica de Argentina e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
Luego el texto amplía la explicación: “Un nanómetro es la millonésima parte de un milímetro y las nanomedicinas tienen una dimensión que ronda los 100 nanómetros. Cuando está dentro del cuerpo, el envase protege al medicamento hasta que llega al sitio donde debe actuar y una vez ahí, la célula lo incorpora y ejerce su función. Al estar encapsulados, los fármacos tienen menos efectos tóxicos en los pacientes”.
Y en palabras de Policastro: “Hay muchas patologías en las que las nanomedicinas podrían ser útiles y, sin embargo, a nivel mundial no hay más de 120 nanomedicinas”. Agrega la investigadora: “Eso habla de la limitación y del cuello de botella que es su método de producción”, pues, pese a los grandes avances, aún es difícil replicarlo a gran escala. Justamente, agrega la autora Rodríguez, “eso es precisamente en lo que Policastro y su equipo están enfocados. La tecnología utilizada por la bióloga y su equipo se llama microfluídica, y consiste en manejar fluidos a escala micrométrica.
Y cierra Policastro: “Estamos en la etapa de generar una plataforma tecnológica que en el futuro podamos transferir a una industria que la use para producir nanomedicinas a gran escala y, así, beneficiar a un amplio número de pacientes”.
Chile: Marcela Ruíz y la tecnología para escuchar los océanos
Presenta en este caso a la bióloga marina chilena Marcela Ruíz, quien afirma: “Nos hemos dado cuenta de que los sonidos de los océanos son una fuente de información infinita para determinar su salud”.
Ruíz, explica el artículo, es la directora y una de las fundadoras de Acústica Marina, una empresa liderada por mujeres que desarrolla tecnología hidroacústica para estudiar los océanos. En palabras de la bióloga: “En el sonido es donde centramos nuestra tecnología, que va en la línea del desarrollo de hardware y software y que está impulsada por la inteligencia artificial (IA). Ella nos ayuda a medir, monitorear y procesar la onda acústica para identificar patrones”.
Cree que “la IA es una tremenda herramienta. Hay cosas que humanamente son imposibles de hacer por la cantidad de datos que manejamos, sobre todo en acústica”. Y suma: “La IA juega un rol fundamental, pero es necesario que la herramienta aprenda de cada ecosistema con supervisión humana”. Eso ayudará no solo al levantamiento de datos sino también “a la gobernanza de las áreas marinas protegidas”.
Junto a su equipo, Ruíz trata no solo de investigar constantemente, sino de innovar y establecer alianzas en la región. Dice: “Tenemos boyas 100% operativas en el mar chileno como herramientas para adquirir información”. Esto, explica el texto, es relevante, pues con el monitoreo acústico pasivo, también se pueden advertir posibles riesgos de colisión entre la fauna marina y las embarcaciones, así como también alertar sobre la pesca ilegal.
Finalmente, esta sección detalla los diferentes e importantes premios que han recibido Ruíz y su equipo. Por caso, se alzó con la categoría “Most Disruptive” de los premios Woman in Tech, organización que fomenta la participación de las mujeres en las disciplinas CTIM.
Colombia: Adriana Noreña y el reto de “democratizar” internet
El siguiente caso se centra en Adriana Noreña, de Cali, quien desarrolló una carrera corporativa dentro de Google, donde se convirtió en 2011 en la vicepresidenta para Hispanoamérica. Antes se explica que había impulsado un pequeño negocio propio en el mercado de los cosméticos.
Dentro de esa multinacional tecnológica, según la versión de Noreña que aparece en el texto, la ejecutiva creó una iniciativa que busca impulsar a las mujeres a abrirse paso en la organización, con esquemas en los que las colegas más senior se vuelven mentoras de las más jóvenes.
Ecuador: Jennifer Samaniego y el poder de la educación inmersiva
En esta sección se desarrolla el caso de Jennifer Samaniego, cuyo aporte está vinculado con la educación. Se desempeña en la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) al sur de Ecuador. Se trata de una ingeniera en sistemas informáticos y computación, especializada en ciencias de los datos.
Explica el artículo que la protagonista lideraba hace varios años un proyecto para crear autopsias virtuales que pudieran usar los estudiantes de esa universidad. En su propia voz: “Lo ideamos desde cero por una necesidad de nuestros estudiantes y docentes”. Y agrega Rodríguez, la gran satisfacción que produjo en ella ver cómo ese proyecto impactaba en los estudiantes que tomaban el curso a distancia, porque antes de esa plataforma, el profesor a cargo de medicina legal hacía dibujos a mano para acompañar sus clases.
Agrega que “ahora, con la realidad aumentada, los estudiantes pueden ver ‘los tipos de cadáveres, de muertes, todo el proceso de análisis interno y externo, acceder a un glosario, al informe forense. Eso permite que el alumno deje el Zoom y vaya a un centro forense virtual a hacer la práctica’”.
Hoy, dice el texto, “la universidad cuenta con unos 40.000 estudiantes a distancia y unos 10.000 presenciales”. Y agrega que “Samaniego, quien lleva ocho años dedicada al aprendizaje inmersivo, fue clave en la creación de la Red de Aprendizaje Inmersivo, que reúne a instituciones de educación superior en Ecuador. ‘Empezamos cuatro, ahora somos 12’”.
Y continúa: “Ese proyecto, le permitió a la ingeniera y a sus colegas ganar en 2020 en la Universidad de Georgia, Estados Unidos, el primer premio del concurso que convoca el Global Online Laboratory Consortium”. Además, el artículo menciona varios otros galardones y logros de la protagonista y su equipo.
México: Blanca Treviño y la globalización de las TI
El último caso reseñado en el artículo es el de Blanca Treviño, quien “decidió estudiar la licenciatura en sistemas computacionales a finales de los años 70, una época en que hablar de ese campo ‘se escuchaba como ir a la Luna y regresar’, le cuenta a BBC Mundo”.
Vale la pena traer sin cambios el resto del texto, porque recorre con detalles y color las diversas alternativas profesionales y personales de la protagonista.
Dice así:
“Como estudiante, se postuló con éxito para un trabajo en un grupo industrial. ‘En mi primer día de trabajo, me dicen que tengo que firmar mi carta de renuncia. No lo entendía’. El documento estipulaba que ‘aceptaba renunciar’ cuando se casara. Y aunque, en esos momentos, la posibilidad de contraer matrimonio ‘estaba lejos’, lo que ese papel le hizo ver fue ‘lo poco conocido’ que era que las mujeres quisieran hacer las dos cosas, sin tener que sacrificar una.
Debido a la crisis de la economía mexicana de los 80, la empresa tuvo que hacer recortes de personal. ‘Salieron algunos de mis amigos’. Uno de ellos le planteó la idea de que formaran una compañía. Treviño se entusiasmó con el “sueño” de crear una empresa global.
Por esos mismos años, también le llegó “el anillo de compromiso” y renunció con el argumento que le habían dado años antes. Sin embargo, la respuesta fue que “la regla no aplicaba” en su caso.
“Finalmente les dije: ‘Me estoy yendo porque estamos formando una empresa’ (…) En esa época, no se hablaba de emprendedores, la palabra era poco entendida”.
Así fue como Treviño se convirtió en la cofundadora de Softtek, una empresa dedicada a soluciones tecnológicas y transformación digital. Actualmente, es su presidenta y CEO.
Ha sido clave para que Softtek no solo se posicionara en la industria de las tecnologías de la información de su país y el resto de Latinoamérica, sino para entrar en el mercado estadounidense con un modelo que denominaron nearshore, término con el que se definen “los servicios de outsourcing prestados desde países vecinos”.
En 2014, Hiroshi Takahashi escribió en la revista Forbes: “Si Blanca hubiera nacido en California o Tokio, hoy sería reconocida mundialmente por ser una de las precursoras de la industria de las soluciones tecnológicas; tan sólo por saber desde hace más de 30 años lo que hoy mueve al mundo. Pero no. Nació en Monterrey y su historia es mucho más conservadora que las historias que tanto nos venden desde California, específicamente desde el mismísimo Silicon Valley”.
En 2019, Treviño participó en la edición internacional de Fortune’s Most Powerful Women Summit, que organiza la revista estadounidense dedicada a los negocios.
Es parte del Salón de la Fama de Mujeres en Tecnología del WITI (Women in Technology Internacional), que promueve la inclusión femenina en las áreas de CTIM.
Para ella, la mejor manera de promover la equidad de género en su campo no es forzando cuotas, sino privilegiando el talento “por encima de cualquier otra cosa” y recordándoles a las mujeres que no permitan que el género sea un obstáculo para aspirar a cualquier posición.
Finalmente, el artículo aclara que “esta nota forma parte del especial de la BBC con 100 mujeres inspiradoras e influyentes del mundo en 2023.”
Para acceder a la producción original, hay que entrar en el siguiente enlace.