Programa de Desarrollo Emprendedor

Newsletter 59 – Marzo/Abril 2017

El emprendimiento juvenil: presente y posibilidades en América Latina

abril 19, 2017

Hugo Kantis explica en un nuevo trabajo la importancia de promover el emprendimiento juvenil en la región. Las mayores debilidades se observan en el capital humano y los lugares de formación, a pesar de que en la última década se amplió la clase media y crecieron los mercados. Acá, un resumen del artículo del director del Prodem, publicado por la Secretaría General Iberoamericana.

El desarrollo del emprendimiento desde una perspectiva sistémica

El desarrollo del emprendimiento y de emprendedores depende de un conjunto de factores que incluyen, aunque exceden, el correcto funcionamiento de los mercados. El proceso emprendedor abarca desde que surge la motivación para emprender, pasando por la identificación de la oportunidad para el emprendimiento y la elaboración del proyecto emprendedor hasta su fase de lanzamiento, concreción y primeros años de vida. El concepto de sistema de desarrollo emprendedor ayuda a comprender la naturaleza sistémica y de largo plazo del fenómeno. Una explicación simplificada del mismo permite clasificar estos factores en los que están vinculados a la oferta de emprendedores y aquellos que inciden sobre la demanda de emprendimientos y las oportunidades de negocios.

La perspectiva sistémica revela, de esta forma, la complejidad del fenómeno emprendedor, en contraposición con la visión más simplista implícita en el enfoque económico convencional, que asume la existencia, a cada momento, de una fila de emprendedores aptos para explotar cualquier oportunidad de negocios que reúna los requerimientos de ganancia apropiados.

En este marco, se asiste a un creciente consenso en torno a la necesidad de desarrollar políticas para promover el emprendimiento.

América Latina: oportunidades y limitaciones

En los últimos años hay un notorio avance en las condiciones para emprender en diversos países de América Latina. El crecimiento de la clase media, cuna tradicional de los emprendedores dinámicos, la generalización de los programas de fomento de los gobiernos, del tercer sector e incluso de las empresas, son todas buenas noticias. Sin embargo, la región presenta debilidades que son fruto de fallas de mercado en algunos casos, de ausencias de mercados en otros y también de fallas sistémicas.

A partir del Índice de Condiciones Sistémicas para el Emprendimiento Dinámico (ICSEd-Prodem) se observa que los países de la región se ubican, por tres años consecutivos, de la mitad del ranking general hacia abajo. Esto es, lejos de las mejores condiciones internacionales evidenciadas por países desarrollados como Singapur, Estados Unidos y Finlandia.

Las condiciones de la demanda y la cultura son puntos fuertes en la región. Sin embargo, esta noticia debe ser tomada con cautela dado que en el primer caso se observa una evolución desfavorable en el último tiempo. La ventaja sobre los líderes internacionales del ranking del ICSEd-Prodem se ha diluido, principalmente, por el deterioro verificado en la demanda de los bienes producidos y exportados por la región.

Por otra parte, algunos países han avanzado en materia de nuevos instrumentos y fuentes de financiamiento de la mano de los esfuerzos de los gobiernos (dimensión de políticas y regulaciones), así como también de otros actores del ecosistema (grandes empresas, emprendedores reciclados como inversionistas, entre otros).

Del otro lado, algunas de las debilidades de la región tienen que ver con los déficits de capital humano emprendedor y con algunas dimensiones que son clave en la generación de una masa crítica de emprendedores con vocaciones, capacidades y aspiraciones de crecer. El sistema educativo, en particular, más allá de los avances alcanzados en materia de acceso, no contribuye al emprendimiento. Si bien ha crecido la cantidad de instituciones educativas que han incluido algún curso sobre emprendimiento, son pocas las que lo hacen con las metodologías innovadoras que hacen falta y con los planteles docentes preparados. Además, estos avances se concentran en la enseñanza superior siendo los niveles medios e inicial un campo mucho menos trabajado. Esta situación es crucial desde la perspectiva de los jóvenes y del acceso a la igualdad de oportunidades para emprender.

El caso del emprendimiento juvenil

Los jóvenes constituyen un segmento poblacional de importancia estratégica para el desarrollo del emprendimiento, dado que contar con capital humano emprendedor requiere forjar vocaciones y competencias en la gente desde edades tempranas. Existe un sólido consenso a nivel internacional entre educadores y expertos en emprendimiento en torno a la conveniencia de fomentar las capacidades emprendedoras desde la infancia.

Por otra parte, el desarrollo de capacidades emprendedoras en los jóvenes es relevante debido a que, en América Latina, el desempleo juvenil es más elevado que a nivel del promedio, reflejando las dificultades que enfrentan importantes segmentos de jóvenes para insertarse en el mercado de trabajo. Esta situación podría verse aliviada en el largo plazo, al menos parcialmente, a través de una estrategia que ponga eje en el sistema educativo. Una buena educación que incluya el desarrollo temprano de vocaciones y capacidades emprendedoras en los jóvenes podría colocarlos, en el futuro, en mejores condiciones para crear su propio emprendimiento, ya sea cuando el deseo o bien la necesidad de emprender golpeen a sus puertas. Una estrategia proactiva de desarrollo del emprendimiento podría aumentar la empleabilidad juvenil de largo plazo actuando de manera preventiva, contribuyendo por esa vía al logro de una mayor equidad social.

El sistema educativo debería en consecuencia ocupar un espacio central dentro de una estrategia de promoción del emprendimiento. El mercado no resuelve per se esta necesidad de atender desde edades tempranas la formación emprendedora de la población. En ausencia de políticas destinadas a tal fin, cabría esperar (en el mejor de los casos) que sean las instituciones privadas aquellas que encaren iniciativas en este campo con el propósito de ganar competitividad. En dicho caso la inequidad se vería incrementada. Con respecto al mercado de capacitación, difícilmente la oferta puede ser adecuada en tiempo y forma dado que existe una brecha intertemporal entre el momento en que la formación emprendedora debe ocurrir y la condición de pago de los beneficiarios en dicho momento (por ejemplo, edad, disponibilidad de información acerca de la opción de emprender, capacidad de pago). Por otra parte, el contexto cultural y la estructura social hacen que existan fuertes inequidades en la distribución de información acerca de la opción de emprender entre distintos segmentos de la población joven.

Además del ámbito educativo, tampoco la familia o las empresas, en su enorme mayoría, forjan estas vocaciones y capacidades en forma adecuada.

Otro conjunto de argumentos en favor de la promoción del emprendimiento juvenil se relaciona con las desventajas ocasionadas por la falta de trayectoria y reputación en los jóvenes que desean emprender.

Además, los jóvenes enfrentan mayores limitaciones de acceso en los mercados de factores (no solo de financiamiento) debido a la falta de credibilidad, experiencia, trayectoria crediticia y a la menor disponibilidad de colaterales en comparación con aquellas personas que, a igual condición social, tienen mayor edad.

Conclusiones

Por un lado, América Latina debe avanzar en el camino estratégico de la diversificación productiva y la innovación, y el emprendimiento es una vía funcional a dicha dirección estratégica. Para que exista una base más amplia de emprendedores con proyectos (tanto en cantidad como en lo que respecta a extracción social) es necesario incluir en las políticas de emprendimiento el apoyo a la formación de emprendedores con potencial. Promover el emprendimiento desde la fase misma de gestación, fomentando las vocaciones y las capacidades emprendedoras de los jóvenes cobra sentido dado que completan la cadena de valor que alimenta al desarrollo emprendedor a lo largo del tiempo. Hoy muchas de las políticas se focalizan en los proyectos ya existentes pero poco hacen por los emprendedores del mañana.

Desde otra perspectiva, teniendo en cuenta las altas tasas de desempleo juvenil, la promoción del emprendimiento puede ser atractiva para aumentar la empleabilidad futura de los jóvenes si se comienza a forjar sus vocaciones y capacidades en forma temprana.

Para acceder al artículo completo, entrar en https://issuu.com/segibpdf/docs/013-hk

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