Programa de Desarrollo Emprendedor

Newsletter 1 – Octubre 2010

Chile importa emprendedores: ¿es un buen camino?

octubre 12, 2010

Pocos meses atrás, la nueva administración  lanzó Start up Chile, un programa que entrega US$40.000 a cada emprendedor extranjero que se radique y desarrolle su proyecto en el país. La iniciativa fue valorada en el Policy Forum Blog de la Kauffman Foundation, pero mereció un comentario de Hugo Kantis en el post.

Transcribimos el post de Hugo Kantis en respuesta al post de Jonathan Ortmans

Estimado Jonathan:

Muy interesantes sus comentarios sobre el caso chileno. Como he sido citado –en calidad de autor del estudio publicado por Endeavor Chile – me siento invitado a compartir algunas ideas.

Los gobiernos chilenos han venido siendo muy proactivos en la promoción del emprendimiento y la innovación mediante el fomento de diferentes iniciativas a lo largo de la última década (I+D, incubadoras, capital semilla, redes de business angels, plataformas de emprendimientos corporativos). No muchos países de América Latina hicieron lo propio. Como resultado, Chile tiene hoy en día un importante número de instituciones de apoyo a los emprendedores y algunas herramientas financieras para asistirlos.

Pero, de acuerdo a nuestra investigación, Chile enfrenta deficiencias estructurales que requieren esfuerzos más profundos y amplios. Por ejemplo: el sistema educativo no promueve el espíritu empresarial y la sociedad es muy conservadora, algo que es un problema para la introducción de nuevos productos innovadores (el estudio de Endeavor es muy claro en este sentido). Además, las jerarquías sociales son fuertes y – coherentemente – las redes son débiles, en tanto que el nivel de diversificación de la estructura industrial y la incidencia de la investigación y desarrollo son en ambos casos bajos.

Por lo tanto, surgen algunas preguntas relevantes con el fin de promover el debate y avanzar más en la promoción del desarrollo emprendedor y la innovación en la región:

a) ¿En qué medida el sistema institucional y las herramientas aplicadas han sido efectivas y eficaces en el apoyo que prestan? ¿Son los incentivos para las instituciones adecuados?

b) ¿Los esfuerzos institucionales cuentan con la masa crítica necesaria para tener impacto?

c) ¿Los recursos humanos que trabajan con los emprendimientos han sido preparados para hacer frente a las difíciles tareas  a las que se enfrentan?

d) ¿Cómo se articula la cadena de valor de las instituciones relacionadas con la innovación y el desarrollo emprendedor?

e) ¿Existen precondiciones institucionales para el desarrollo emprendedor y de la innovación (incentivos, cultura organizacional, etc.), por ejemplo, en las universidades, las instituciones de ciencia y tecnología y aún en las mismas incubadoras?

f) ¿En qué medida esos esfuerzos tuvieron un impacto real en términos de la aparición de empresarios innovadores y dinámicos? (Por ejemplo: para llevar a cabo nuestro estudio con Endeavor nos fue muy complejo encontrar emprendedores innovadores dinámicos)

Por último, dado que recientemente el gobierno de Chile ha establecido un programa de incentivos dirigidos a emprendedores de USA para que se establezcan en el país por un período (corto) con vistas a que puedan crear sus empresas y ayuden a internacionalizarlas surgen las siguientes preguntas adicionales ¿cuáles son el diagnóstico y las conclusiones que llevaron al gobierno chileno a establecer esta nueva iniciativa? ¿En qué medida ello revela  cierto desencanto con los resultados alcanzados hasta el presente? Después de una década de esfuerzos encaminados hacia la creación de empresas locales basadas en la innovación esta nueva iniciativa redirige su mirada hacia fuera de Chile. Si bien uno puede pensar que el aire fresco desde el exterior siempre es bueno, también resulta conveniente señalar la necesidad de evitar la creencia en fórmulas mágicas y, en cambio, evaluar profundamente el resultado de las políticas implementadas con vistas a poder encarar mejor una segunda generación de políticas que busquen profundizar y ampliar los esfuerzos previos atacando los factores estructurales que inhiben el espíritu empresarial innovador y dinámico en Chile. Este es el verdadero reto para el futuro.

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