En un contexto de exuberancia financiera, el número de empresas valuadas en más de $1000 millones creció significativamente, a nivel global y también en América Latina. Aún cuando 2022 marcó una reversión de esa tendencia, el fenómeno de los unicornios continúa siendo económica y socialmente relevante. Prodem, construyó una base de datos de 49 unicornios e investigó en profundidad los rasgos distintivos y las trayectorias previas de sus fundadores y de las propias empresas, encontrando algunas similitudes y diferencias con los unicornios estadounidenses e identificando la relación que los vincula con los ecosistemas donde nacieron.
Con autoría de Hugo Kantis, más búsqueda, procesamiento y análisis de datos por parte de Víctor Caicedo y Sabrina Ibarra García, todos ellos integrantes del Prodem, este trabajo fue publicado hace pocas semanas. Como se explica al final de la Introducción, es el fruto de “un proceso riguroso de investigación y construcción de información basado en fuentes secundarias, bases de datos sobre startups e inversionistas, búsquedas en internet y medios especializados y entrevistas con actores clave”. Y se detalla enseguida la base informativa: se realizó con “información sobre un total de 127 fundadores de 49 unicornios, de los cuales 25 son de Brasil, 10 de Argentina, 9 de México, 3 de Chile, 1 de Colombia y 1 de Uruguay”.
En el presente resumen trazaremos las líneas principales del estudio, que puede consultarse completo en el presente enlace.
Vamos por partes
Las secciones del trabajo son las siguientes:
Unicornios en contexto: introducción y antecedentes
¿Qué sabemos de las empresas unicornio de América Latina?
Los fundadores de unicornios latinos. Tirando de la punta del ovillo.
¡Hay equipo! Pero ¿hay ecosistema?
Conclusiones, reflexiones e implicancias de política
Asimismo, a lo largo de todo el trabajo, diferentes recuadros se detienen en nueve unicornios latinoamericanos: Nubank, Kavak, Notco, Rappi, Globant, Betterfly, Mural, Hotmart y Arco Educação.
En la Introducción y antecedentes se plantea inicialmente el boom de unicornios de los últimos dos años, así como la alta correlación entre su cantidad y el crecimiento exponencial del capital emprendedor.
Lo primero, se ilustra con este gráfico:
Y la correlación, con este otro:
Tras un repaso sobre la literatura que aborda el tema de los unicornios, el estudio se detiene en particular en el trabajo “Super Founders” (Tamaseb, 2021), que identifica “las principales diferencias estadísticamente significativas que existen entre los unicornios estadounidenses y un grupo de control de startups que recibieron inversión de capital emprendedor pero que no llegaron a unicornios”.
Luego se aborda la súbita decadencia que está mostrando el fenómeno: “muchos nuevos unicornios se han visto afectados por el cambio de contexto financiero internacional verificado en 2022, con una caída abrupta en el surgimiento de nuevos unicornios”. Esto se ilustra con el siguiente gráfico:
¿Qué sabemos de América Latina?
El apartado se inicia con la evolución desde 2006 hasta 2022:
Se dan luego 16 rasgos de los unicornios en América Latina, a saber:
Son grandes empleadores
Dos de cada tres emplean a más de 1000 personas, y sólo uno a menos de 250.
Realidades tangibles
Tres de cuatro unicornios latinoamericanos venden más de US$ 100 millones al año.
Concentrados en algunos países
Sólo de seis países latinoamericanos surgieron unicornios, y Brasil, Argentina y México reúnen el 90%.
Están en grandes ciudades
Internacionalizados
¿Extranjerización?
No: nueve de cada 10 unicornios mantiene la casa matriz en el país de origen.
Distintas generaciones
Uno de cada cuatro nació antes de 2005, la mitad entre 2006 y 2014, y otro cuarto a partir de 2014.
Tiempos más cortos
Hacia los 2000 tardaban unos 20 años en llegar a ser unicornios; hoy, algo menos de cuatro.
En ciertos sectores
Operan en pocos sectores; hay predominio en fintech, internet & software, e e-commerce.
E-commerce y fintech lideran
¿Áreas desatendidas?
Hay menor desarrollo en inteligencia artificial, data management y analíticas, hardware y telecomunicaciones.
Tecnología, patentes y protección
Muy pocos cuentan con patentes (8%), y hay una baja presencia de marcas registradas (29%).
Capital privado levantado
En promedio, han conseguido levantar unos US$ 650 millones.
¡Venga otra ronda!
Los unicornios latinoamericanos han tenido en promedio unas 5 rondas de inversión.
Corporaciones como inversores
Casi la mitad de los unicornios recibieron inversiones de otras corporaciones (corporate venture capital).
¿Expectativas desmedidas?
Existe una brecha significativa entre los niveles de facturación y las valuaciones de las empresas.
Los fundadores latinos
Se despliegan luego cinco aspectos de los fundadores de unicornios de Latam:
Más del 60% de los fundadores ha estudiado en alguna universidad del exterior.
Algo más de dos tercios se formó además en alguna casa de estudios de su propio país, con una proporción elevada de ellos que lo hizo en una institución privada.
Algo más del 80% de los emprendedores tuvo experiencia laboral en otra empresa antes de participar en la fundación del unicornio, y el 55% fundó otra empresa con anterioridad.
Cuatro de cada 10 fundadores que trabajaron antes en una empresa, lo hicieron en una gran corporación. Y el 83% de estos últimos lo hizo en una multinacional.
La gran mayoría de los CEOs (38 de 47) comenzó su carrera estudiando. Y de esos 38, la mayoría lo hizo en una universidad privada local. En una segunda instancia, una vez finalizados o en paralelo a sus estudios, la mayoría (23) fue a trabajar principalmente en una corporación, por lo general del mundo financiero/inversor.
¿Hay ecosistema?
Esta sección apunta a responder tres preguntas clave sobre el fenómeno de los unicornios regionales:
¿Su surgimiento es sólo el resultado de “superfundadores” con capacidades y contactos excepcionales?
¿Es posible encontrar en sus trayectorias huellas de los ecosistemas que los vieron nacer?
¿Están estos emprendedores y sus empresas contribuyendo al desarrollo de los ecosistemas latinoamericanos?
Paso a paso, un extracto de las respuestas es el siguiente:
La imagen de los “superfundadores” (título del libro del citado Tamaseb) parece confirmada por la sección anterior. Pero la información relevada por Prodem indica que ello debe ser contextualizado, porque “nueve de 10 unicornios recibieron el apoyo de algún actor del ecosistema”. Se destaca el rol de los fondos locales de capital emprendedor que les han invertido (ocho de 10 casos), seguido de los inversores ángeles y las aceleradoras.
Pero el apoyo público no ha sido infrecuente. En cuatro de 10 unicornios existió alguna asistencia de este origen.
Sin embargo, en el primer trienio de existencia (la etapa más frágil), la relación entre la cantidad de unicornios que recibieron apoyo privado y público es de 3 a 1 en favor del primero.
La articulación con la inversión internacional: los fondos locales juegan un papel “señalizador” para la llegada de inversionistas del exterior.
Otra forma de capitalizar capacidades y recursos del ecosistema es la adquisición de startups locales.
Sobre la ayuda de los unicornios al desarrollo del ecosistema: la mitad de los fundadores de unicornios tienen algún rol en el ecosistema, tanto como inversores ángeles, creando fondos de inversión, o jugando un papel de mentores.
La “ruta alimenticia” del unicornio: los caminos de los unicornios en Brasil, México y la Argentina para ir nutriéndose, permanentemente, de distintas fuentes de “energía” y así fortalecer su plataforma de capacidades, recursos y contactos.
Conclusiones, reflexiones, políticas
Hacia el final de la sección (y del trabajo mismo), dos cuestiones apuntan a dar algunas conclusiones sobre los unicornios primero, y sobre el ecosistema después.
Así, a la cuestión:
“¿En qué medida es factible implementar políticas que contribuyan a crear nuevos unicornios en un país, región o ciudad?”…
Se le responde más abajo:
“Tal vez no sea esa la pregunta relevante desde el punto de vista del interés social. Es que antes que crear unicornios, la política pública de emprendimiento debería colocar la mira en la generación de una base más amplia de empresas innovadoras con alta capacidad de generación de riqueza (ventas y empleos de calidad), dejando para los inversores privados y la prensa la preocupación por las valuaciones mitológicas.”
Y cierra, finalmente:
“Sin una estrategia sistémica más amplia e inclusiva, los unicornios seguirán siendo un número limitado de empresas fundadas por emprendedores surgidos, con frecuencia, de bases sociales estrechas y de rutas ‘egosistémicas’ personales.”