Las plataformas de financiamiento colectivo representan mucho más que un modo de generar dinero para un emprendimiento. Visto con una mirada de largo plazo, este sistema posee al menos tres beneficios directos para el éxito de un proyecto: visibilidad, feedback y primeros clientes.
Por Josefa Villarroel, Directora Ejecutiva de Garage UAI – Chile
Se dice que “el talento atrae al dinero” y que contar con una mirada estratégica es esencial para lograr explotarlo al máximo y aprovechar las oportunidades que existen. Sobre todo si se trata de poner en marcha un emprendimiento.
Esta es la mirada de los emprendedores que han visto en las plataformas de crowdfunding o financiamiento colectivo, mucho más que la posibilidad de recaudar algún dinero. Tal es así porque existen al menos tres beneficios adicionales que este tipo de financiamiento puede generar:
1) El primer beneficio es la alta visibilidad que se puede obtener para el negocio. Sin la necesidad de invertir en desarrollar una página web, se puede llegar a nuevos públicos nacionales e internacionales. Logrando así, incluso, que la iniciativa sea viral tan sólo a fuerza de creatividad y usando simples herramientas disponibles para la generación y edición de videos e imágenes.
2) Otro de los beneficios es obtener feedback real de personas desconocidas que brindan su opinión porque se sienten identificadas con el problema que se intenta resolver y la solución que se propone, validando la idea o entregando información relevante que permita mejorar.
3) Por último, es una excelente forma de obtener los primeros clientes, generando incluso la venta por adelantado del producto. Este es el punto que más valor puede entregar al proyecto, ya que además de ser un canal de difusión y validación, el crowdfunding puede ser el primer canal de venta para la flamante empresa.
Existen distintas plataformas de crowdfunding. Cuando un proyecto está recién comenzando, aquellas que funcionan bajo el sistema de recompensa son las más adecuadas para partir. Entre las más desatacadas están Fondeadora, Ideame, Indiegogo y Kickstarter.
Si bien parece difícil creer que personas que no conocen a los creadores de una nueva iniciativa entreguen dinero para ayudar a construir el proyecto, esto es algo que efectivamente ocurre cuando los fundadores son capaces de transmitir el sueño que quieren alcanzar. Además, tal cosa se potencia cuando la solución presentada es novedosa y puede resolver un problema con el cual las personas puedan sentirse identificadas.
Generalmente los montos a recaudar van entre $700.000 y $3.500.000. Pero existen casos extremos, como el de un proyecto que recaudó más de US$ 20 millones provenientes de casi 80.000 personas, que contribuyeron a su campaña en Kickstarter.
Si se desea que la campaña sea útil y superar la meta en cuanto al dinero a recaudar y personas que conocen y aman la idea propuesta, deben activarse las redes y, por sobre todo, poner a trabajar la capacidad de innovar. Porque no debe caerse en el clásico error de crear una campaña en una plataforma de crowdfunding y sentarse a esperar que el dinero llegue. Hay que invitar a las personas a que sean parte del sueño. Por eso, se recomienda ser creativo con las recompensas y movilizar las redes.