Hugo Kantis y Juan Federico fueron entrevistados en el 11ST-Prodem México por Walter Rosenthal – Fundador de la agencia chilena de innovación Quintil Valley. Allí repasaron la historia de Prodem teniendo como marco las tendencias observadas en la construcción de ecosistemas. Definiciones, anécdotas y protagonistas.
Walter Rosenthal: Hugo, desde mi vereda veo a Prodem como un emprendimiento que creció y está cumpliendo 20 años. Me gustaría saber, cómo se conocieron los fundadores?.
Hugo Kantis: Cuando volví de hacer mi doctorado, la universidad (UNGS) me pidió armar una maestría con especialización en pymes, a la que le incluímos un eje fuerte en emprendimiento en base a lo que había aprendido en el exterior. Unos años más tarde, en el año 2000, tuve el gusto de conocer a Juan como alumno de la maestría. Juan venía desde otra ciudad, muy referenciado por un colega, así que le dimos un lugar como asistente para que pudiera financiar sus estudios. Entonces, fui descubriendo las capacidades de Juan desde muy temprano. Recuerdo que en esos años yo estaba coordinando el proyecto con el BID para estudiar la Creación de empresas en América Latina y el este de Asia, así que aproveché y lo sumé a Juan al equipo.
Tiempo después decidimos crear Prodem, porque esos estudios nos permitieron ver que había un espacio de necesidad de crear y compartir conocimientos para impulsar el emprendimiento y la innovación. Tal como comenta Juan Manuel Listerri en su testimonio por los 20 años de Prodem, no se entendía bien el tema del emprendimiento, (¡lo cual no quiere decir que ya hayamos terminado de entenderlo del todo!), pero nosotros proponíamos algo que en ese entonces no era obvio, que había que diferenciar lo que ya se conocía del mundo de la microempresa o del emprendimiento de subsistencia de aquel que permitía pensar a nuestros países en un camino de transformación más profunda. En ese sentido, lo que propusimos es una suerte de algo que es similar a lo que ahora se da en llamar el ambidiestrismo organizacional, mientras una mano se ocupa de lo tradicional, que es lo que predomina, la otra se aboca a lo nuevo, a la innovación, para poder apostar a más. A qué me refiero. Al tiempo que se atiende con estrategias defensivas y de mejora incremental a las empresas existentes, sean micro o pymes, también necesitamos, de la mano del emprendimiento dinámico y de la innovación, generar ese dinamismo transformador que nos permita llegar a otro lugar mejor con mayor protagonismo del empleo de calidad, niveles de ingresos más elevados, una inserción en el comercio internacional más inteligente… Ese tenía que ser el foco de Prodem, el emprendimiento dinámico, concepto que propusimos, y el enfoque sistémico. No sé exactamente qué día dijimos “vamos con Prodem”. Recuerdo que para esa época, a inicios de los 2000, además de los estudios que te mencionaba junto al BID, estábamos haciendo algunos ejercicios de apoyo integral a emprendedores donde combinábamos capacitación y networking, al tiempo que investigábamos. Entonces, de alguna manera, esto que dice nuestro logro, que Prodem es investigación, acción, aprendizaje fue como el sello distintivo que vimos y que nos acompaña hasta hoy. Emprendimiento dinámico, enfoque sistémico, pero al mismo tiempo esta conversación permanente entre la investigación aplicada y la práctica concreta. Yo creo que eso fue lo que le dio forma a este ADN Prodem.
WR: Juan, te pido que nos des un poco de contexto. En la época de nacimiento de Prodem, ¿qué tal estaba el desarrollo del ecosistema y qué actores se destacaban en esa época? En esta conversación, nos gustaría ver también en paralelo esa evolución, de la que ustedes han sido testigos y “cómplices” al mismo tiempo.
JF: A nivel más general había una sensación de cierto sabor amargo después de la explosión de la burbuja de las puntocom en lo que tenía que ver con los emprendimientos. Esta idea de valuaciones increíbles, poco sostenidas en números, que explotó de la noche a la mañana, había puesto al tema emprendedor en un lugar con un sabor amargo. Aun así, en Argentina, de esa burbuja habían quedado ciertos casos más paradigmáticos como el de Andy Freire y Santiago Bilinkis con Officenet, nacía Mercado Libre… Había ciertas caras de lo que sería el fenómeno de la nueva generación de emprendedores que salían de la crisis. Incluso la Argentina estaba, nuestro contexto más inmediato, saliendo de su crisis más grave en los últimos años, en términos económicos y sociales. Entonces teníamos todo ese contexto más macro que que daban entorno a la acción de los ecosistemas.
Los ecosistemas en ese momento eran básicamente liderados por universidades, algunas con incubadoras, otras sin incubadoras, pero que hacían casi de todo. Se le pedía a la universidad que desarrollara capacidades, incubara proyectos, financiara… Dependiendo del país, en algunos más las públicas en otros más las privadas, pero era la universidad. Y sólo un par de gobiernos empezaban a asomarse en la acción de fomento al emprendimiento. Esto no era solo un tema en América Latina, en el mundo las políticas de emprendimiento como tales recién empezaban a despegarse y cobrar entidad. Antes eran un capítulo de la política pyme, como una especie de agregado final de dicha política. No se hablaba de ecosistemas. Nuestro primer aporte entonces fue el enfoque de sistema de desarrollo emprendedor.
HK: Esa fue una época interesante, porque me acuerdo que después de ese mega estudio comparando 2000 procesos de emprendimientos con dinamismo del Este de Asia y América Latina, sumamos Italia y España, y el BID decidió diseñar e implementar con partners locales proyectos de fomento al emprendimiento dinámico en distintos países. La realidad fue que nosotros dijimos “ah, ok, entonces ¿los resultados de la investigación van a ir a la práctica? Nosotros también queremos hacerlo”. Cuando digo “Nosotros también queremos”, digo que en Prodem diseñamos uno de esos proyectos integrando a varias universidades y al sector empresarial. ¿En qué contexto? En un contexto donde había pocos jugadores. Estaba Endeavor, algunas universidades privadas, pocas públicas se habían metido, por lo general. La realidad es que ni siquiera los procesos de incubación, cuando los había, eran muy efectivos ni tenían muy en claro para dónde disparar. Yo creo que con el tiempo se ve una evolución muy fuerte. Creo que los motores de esa evolución tienen que ver con la propia maduración de la dinámica o la fuerza emprendedora. Estos emprendimientos que fueron surgiendo y se fueron desarrollando, algunos de especial visibilidad como Mercado Libre, por dar un ejemplo. Creo que hoy tenemos una base mucho más amplia de distintas ciudades y países en los cuales esta generación de emprendimientos le fue dando, con su maduración, al cabo de una primera década del siglo, una nueva fuerza dinamizadora. Por otro lado, esto coexistió con la irrupción de los gobiernos que se fueron metiendo a hacer política pública. CORFO, en Chile, se mete hacia el año 2003, con los instrumentos de incubación/ capital semilla, pero después lo empiezan a seguir los demás. Al mismo tiempo, algunas ciudades como Buenos Aires buscan replicar lo que hace CORFO. Un poco más tarde, ocurre lo propio en Uruguay, cuando nace la Agencia Nacional de Investigación e Innovación, pero previamente con el Programa Emprender (PCP-LATU-FOMIN). Entonces empiezan a multiplicarse los esfuerzos e iniciativas también desde la dinámica de la política pública y desde la dinámica de las instituciones, muchas veces impulsadas por el propio BID-FOMIN. Y nosotros en Prodem aprendimos y sistematizamos muchos aprendizajes de esas experiencias porque nos tocó evaluar buena parte de esos programas e iniciativas. Lo que vimos con el tiempo es que fueron irrumpiendo nuevas fuerzas. Cuando termina la primera década del siglo empiezan a aparecer desde las aceleradoras privadas como Wayra, que fue un pionero de la ola de emprendimiento corporativo o Corporate Venturing, más los primeros fondos regionales de capital emprendedor … es decir, confluyen una serie de factores que combinan política pública, fuerza dinamizadora de los propios emprendedores, no solo por la maduración de sus empresas sino de su “reciclado” hacia otras actividades (inversores, aceleradoras, etc.) en el marco de la fuerza dinamizadora con el surgimiento de iniciativas institucionales… Varias veces lo dijimos: ha corrido bastante agua bajo el puente y vemos hoy que otras fuerzas que estaban un poco más apagadas, empiezan a tomar una fuerza muy importante. Tienen que ver con la inversión, con las empresas maduras que se meten a trabajar con startups y con la política pública; en los lugares donde se da ese dinamismo va dándose cuenta de esta realidad y surgen nuevos desafíos, como los temas de descentralización.
WR: ¡Qué interesante ver que Prodem crece en paralelo al crecimiento que también en Latinoamérica se va dando con los ecosistemas! Juan, te consulto sobre cómo identificabas en ese crecimiento la relación entre los ecosistemas. ¿Existía una conversación entre un ecosistema y otro en Latinoamérica? ¿Qué aportes ustedes consideran que en los primeros años de su operación pudieron brindarnos a los actores del ecosistema para poder facilitar ese intercambio de experiencias y por sobre todo el compartir en el desarrollo que se estaba dando en América Latina?
JF: Si uno se va a la primera década de Prodem, lo que veíamos al hacer estudios país por país, es que no estaba esta comunidad de aprendizaje, no había articulación más allá de algún proyecto conjunto que podía haber entre países. Así que faltaba un espacio no sólo para hacer redes y networking… Había una frase de Hugo, muy famosa en los primeros Seminario-Taller, que decía que cuando veíamos a quienes estaban en las incubadoras, o a quienes estaban en los gobiernos, estaban permanentemente inventando el bisturí al mismo tiempo que operaban al paciente. No tenían chances de reflexionar sobre la acción, estaban y suelen estar muy tomados por el día a día, y no había ningún espacio para poder frenar el balón un segundo y pensar un poco más estratégicamente, porque los tomaba la urgencia del día a día. Entonces ahí vimos una gran oportunidad desde Prodem, porque la desarticulación entre países y la falta de comunidad también necesitaba un espacio de reflexión, y ahí nació lo que fue el primer Seminario-Taller en la Unión Industrial en Buenos Aires, y después, lo que ya conocen todos, 11 años más tarde nos trajo acá a México. Fue un gran logro haber recorrido casi toda la geografía latinoamericana en estos 11 años.
HK: Quiero agregar algo más anecdótico. En la práctica lo que sucedía, y que dio origen a la idea del ST Prodem, era que me encontraba en un país hablando con alguien que estaba al frente de una aceleradora o con un emprendedor o con una universidad, y yo le explicaba algo que había aprendido en otro lugar. Y, al mismo tiempo, yo le decía a esa persona con la que hablaba que sería muy bueno que conociera a tal otra persona, porque le iba a contar más detalles, más allá del gran aprendizaje que yo le pudiera compartir y los ponía en contacto. Yo iba hilvanando esas relaciones uno a uno. Pero en un momento me di cuenta de que eso no se condecía con la velocidad, con el ritmo que hacía falta. Era necesario un espacio donde no se dependiera de ese uno a uno, ese espacio es el Seminario-Taller (ST Prodem).
JF: Incluso tenemos inversiones que salieron del ST.
HK: Es cierto, fue muy gracioso porque un día estaba almorzando con un emprendedor en Buenos Aires, con el cual hemos aprendido mucho de su experiencia, Pepe Mourelle, de Maq Tec, que me dice: “Ah, te tengo que contar, conseguí inversión”…. Le dije: ”qué bueno Pepe, contame!”. “Como lo conseguiste? Estoy hablando del año 2011. Ahí me dice, “Te acordás que yo estuve en el panel del primer ST-Prodem? Bueno, uno de los participantes del ST Prodem estaba al frente de un fondo de inversión que tenía financiamiento del FOMIN del BID. Nos pusimos a conversar y nos invirtieron”. Para nosotros era una enorme emoción sentir que todo el esfuerzo que supone organizar estos encuentros, realmente estaba llegando. A decir verdad, cuando nosotros pensamos en estos encuentros nunca imaginamos que podía de ahí surgir una inversión. Después nos tocó ir a Perú y encontrarnos con que, mientras estaba evaluando una incubadora le digo al gerente “…pero esta metodología yo ya la conozco, ¿ustedes hablaron con Walter Rosenthal?”…”Claro Hugo, te olvidaste que en el anterior ST-Prodem nosotros estuvimos y también estuvo Walter?”. Entonces, ante esa desconexión que nosotros encontrábamos, fuimos ayudando primero, de una manera muy personalizada o artesanal, y después, a través de estos encuentros del ST Prodem. Hoy esa posibilidad de tejer se sigue dando año tras año.
WR: Si dividiéramos la historia de Prodem en dos períodos y nos concentráramos en esta segunda década, ¿cuáles son las principales señales de evolución del ecosistema que han sido capaces de detectar, de recoger, en el trabajo que ustedes hacen, y qué quieran destacar?
HK: Uno puede verlo desde el lado del input y también desde el lado del output del ecosistema. Desde el lado del output, hoy estamos empezando a ver algunos frutos en términos de calidad de emprendimientos. Claramente está habiendo un crecimiento en calidad de los emprendimientos y yo creo que quizás no en todos los unicornios ni tampoco en la mayoría sea un resultado directo de la contribución de los ecosistemas donde nacieron, necesariamente, pero muy probablemente eso sí se pueda decir en un segundo y tercer nivel dentro de la pirámide de los emprendimientos dinámicos. Por otra parte, el reciclaje emprendedor es una fuerza dinamizadora muy importante. Hernán Kazah con la creación de Kazsek es un ejemplo. Creemos que la dinamización se ha venido dando tanto del lado de los inversores como en la profesionalización en algunos ámbitos de gobierno de política pública, que han sido más proactivos y por el otro lado, en algunas organizaciones. También con el ingreso de las corporaciones que trabajan con emprendedores. A la vez lo que vemos es un desarrollo desigual, un desarrollo heterogéneo en un mapa con manchones de progresos, manchones que van a mayor ritmo y otros manchones que no terminan de despegar y eso es lo que hoy verdaderamente nos inquieta. Cómo hacer, en definitiva, que ese desarrollo que se ha venido dando, llegue de una manera más pareja. José Willington (Ruta N Medellín) decía al final del día (en el ST Prodem México): “la verdad es que a los ecosistemas hay que darle tiempo para que lo logren”. De todas maneras, el éxito se da en términos de cómo le agregan valor a los emprendimientos como medio de generación de empleo y calidad de vida. Y lo cierto es que ese camino lleva mucho tiempo, es ingrato. Pero si no tenemos en claro ese propósito, todos los que estamos en el ST terminamos convirtiéndonos en un club de amigos y nada más. De modo que esas son las fuerzas que vemos que van emergiendo, y esto que acabo de decir es una inquietud de cara al futuro.
JF: Un actor clave que se mencionó es la irrupción de las corporaciones en este juego. Ahí cambió mucho el panorama. Un tema que se habló en el panel de inversiones del 11ST-Prodem es el de jugadores globales. El primer estudio de Prodem sobre emprendimiento corporativo fue en 2008, aproximadamente, con la experiencia coreana, pero el segundo, que se hizo con Wayra y el tercero con el BID muestra su crecimiento. Esto es un dato a tener en cuenta. Lo que Hugo dice de los manchones se puede entender en términos geográficos, pero también hay dentro de un mismo ecosistema diferentes velocidades de circulación de información, y el lenguaje es todavía diferente. Ahí tenemos que apostar más por estos espacios como el Seminario y lo que podemos hacer desde Prodem más allá del ST-Prodem. Por ejemplo, este diálogo entre el subsegmento del venture capital o lo que está alrededor de los venture capital y lo que tiene que ver con las instituciones y organizaciones de los ecosistemas. Magdalena Coronel lo decía claramente en el panel de Capital emprendedor: el concepto de “proveedor-cliente interno del ecosistema” de Prodem hay que tratar de llevarlo a estos dos eslabones del ecosistema porque, a veces, parece que se trata de ámbitos que marchan a velocidades muy diferentes. Yo creo que ahí, en esta idea de juntar esas conversaciones, todavía tenemos mucho por hacer y obviamente desde Prodem estamos para buscar esos puentes entre estos mundos.
HK: En ese sentido es muy importante lo que dice Juan, porque un riesgo es que el ritmo que cobra el tema de ecosistema ligado a venture capital, si no tiene, por un lado, una base de alimentación de ese flujo con continuidad, haga que el día de mañana los mismos venture capital puedan encontrarse que no tienen dealflow. Porque hoy estamos cosechando dealflow como resultado de esfuerzos que se han venido invirtiendo durante mucho tiempo. Pero qué pasa si, por ejemplo, los gobiernos deciden recortes en los presupuestos de las políticas públicas de emprendimiento con las que alimentan a las instituciones de los ecosistemas, o bien creen que “ya tenemos muchas instituciones y entonces no hace falta fortalecerlas”. Esos son riesgos enormes y pueden afectar el deal Flow futuro. Otra cuestión muy importante es que hay todo un segmento, mayoritario, de emprendimiento dinámico que alimenta a las futuras pymes competitivas con proyección de seguir creciendo y que no tiene una ruta orientada por el capital inversor. Este emprendedor de la máquina dermatológica que viste cuando estuviste en uno de los primeros ST Prodem de Buenos Aires, Walter, hoy exporta a 40 países. No tuvo inversión, y probablemente no le vayan a tener nunca, no se si él tenga “apetito” de inversores o viceversa. Encaja más en el modelo de emprendimiento dinámico tipo “caballo de fuerza” de Isenberg que en el track de los futuros unicornios. Y necesitamos mucho más emprendedores y emprendimientos como ese, que aunque no exporten a 40 países sean dinámicos. Hay muchos emprendedores con potencial de escalabilidad y de dinamismo pero no tienen ese perfil que busca el venture capital y ese es otro track del emprendimiento dinámico que tenemos que atender naturalmente. En uno de los ST, Susana García-Robles – que ha dedicado la vida al venture capital en el BID, y ahora en el fondo de inversión Capria – lo dijo con claridad: necesitamos entender que existen esos dos tracks y que hay un track que es mayoritario dentro del mundo del emprendimiento dinámico que necesita otros instrumentos financieros, sin desmedro de que probablemente los que reciben inversión de venture capital van a ir más rápido. Pero tenemos que dar cuenta de ambos espectros para satisfacer lo que nuestras sociedades necesitan. Del otro lado se habló mucho sobre qué hacemos con los emprendimientos de subsistencia… los de subsistencia y las micro si quieren crecer, por supuesto, son fundamentales. Pero hay que entender, esto es clave, que dentro del emprendimiento dinámico hay heterogeneidad y dentro del mundo de emprendimiento en general también la hay. Ahí tenemos que tener programas e instituciones especializadas en estos distintos perfiles. La profesionalización va por ahí. No se puede al mismo tiempo atacar de la misma manera una micropyme de subsistencia como lo que requiere el emprendimiento dinámico de cualquiera de estos dos tracks que, simplificadamente, estoy planteando. Tenemos que dar cuenta de la amplitud del emprendimiento dinámico, definitivamente, y por supuesto ver los puentes que podemos trazar con el mundo del emprendimiento micro y más de subsistencia. Ahí hay mucho emprendimiento dinámico que articula con ellos, por ejemplo, el caso de Jorge – de Eatcloud – que estuvo en el 11ST-Prodem. No creo que lo haya contado, pero tiene una cadena de valor hacia atrás donde articula con esos otros perfiles y los dota de ese dinamismo también.
WR: Para ir cerrando los quiero llevar, primero, a un plano más personal, y desde allí proyectar el futuro. ¿Dónde encuentran, Hugo y Juan, esa energía para sostener este esfuerzo 20 años y qué están proyectando para el ecosistema y también para Prodem en los próximos 20 años más?
HK: Muchas veces me lo pregunto. Hay distintas fuerzas: una proviene, inicialmente, sobre todo, del contacto con los propios emprendedores. Esta cosa que muchas veces se dice, sobre que los emprendedores contagian a otros emprendedores… bueno, a nosotros nos contagian enormemente. Hace algunos años nos dimos cuenta de que mucho de lo que nosotros hacemos, en definitiva, es por contagio de cómo piensan y tratan de generar iniciativas los emprendedores. Creo que ese es un motor clave que nos da fuerza. Otra cuestión tiene que ver con sentir la responsabilidad por impulsar el desarrollo de nuestras sociedades. Nosotros llegamos a este tema no desde una business school, cosa que es muy importante, sino desde la perspectiva de contribuir al desarrollo económico y social. Entender que el emprendimiento dinámico y las pymes, integrados junto al resto del tejido empresarial son un motor fundamental en el desarrollo económico y social. También hay que decirlo, lo que nos da la fuerza es el equipo, acá están Sabrina, Cecilia, Paola y Víctor. Esa es una fuente fundamental que nos alimenta permanentemente para hacer lo que hacemos.
JF: Iba a decir esto del equipo, y también estas ganas de hacer una investigación que tenga propósito. Yo creo que, lo que me da la fuerza para seguir es, primero, el equipo, como decía Hugo recién. Los diálogos, ver cómo se desarrolla el equipo. Por ejemplo, a Cecilia la conocimos como alumna de grado y está ahora jugando un rol clave en la gestión del Seminario-Taller. Y el propósito, porque cuando en una universidad te miden por los papers tenés dos opciones, o seguir investigando sobre crecimiento empresarial en términos más abstractos, o bien tratar de traducir esa investigación en materiales de docencia, o ver cómo los transferís al ecosistema a través del ST Prodem en un panel de emprendedores, para poder entender la lógica de crecimiento de ellos. Así como a los emprendedores les decimos “cuál es tu propósito”, está buenísimo que los que somos investigadores también tengamos claro lo mismo. En definitiva, al tema que estés trabajando, buscarle cuál es la implicancia concreta para el ecosistema en que estás metido, para los actores que están trabajando con vos y ese es el motor de seguir adelante. En términos individuales, participar de los Seminario-Taller, ver la alegría de la gente en los cócteles, ver lo que sucede que excede mucho a lo que nos planteamos nosotros cuando arrancamos, de hecho que le llamen Prodem al evento y no a nosotros, para mí es un logro. Yo tengo que explicar permanentemente que Prodem es más que el evento… Tenemos varios fans, que nos siguen desde 2011. Estar en contacto con esta gente, saber que les está yendo bien, que están cambiando las cosas y que siguen trabajando por los emprendedores/as de la región, a mí me llena mucho de energía.
WR: ¿Qué se viene de Prodem en los próximos años?
HK: Por el 20° aniversario de Prodem, acabamos de terminar cerca de 20 reuniones con personas que a nosotros nos devuelven una mirada externa del valor que agregamos y del valor que podríamos agregar y que no agregamos. Nos debemos aún un balance de esta ronda de reuniones para tener una definición estratégica hacia adelante, donde la realidad es que nosotros queremos potenciar fuertemente la tarea y la huella de Prodem en los ecosistemas a través de alianzas en distintos lugares, para potenciarnos y potenciar a los demás.
WR: Personalmente ha sido muy enriquecedor el compartir con Hugo Kantis y Juan Federico, y creo que también es reflejo de cómo nos han acompañado a los profesionales que estamos ligados a esta materia durante estos 20 años, de una u otra manera. Este espacio de encuentro es un lugar de nutrición, un lugar de compartir y, personalmente, más que venir a encontrar respuestas, es irme con muchas preguntas, y esta reflexión es con lo que quiero cerrar.
Te invitamos a repasar con este vide nuestra trayectoria: