Álvaro García, fundador de Pedidos Ya!, empezó con sus dos socios hace tres años, a partir de un ejercicio en una clase en la Universidad. Al principio administraban pedidos online para 40 restaurantes de Montevideo, y hoy ya tienen 4500 locales adheridos en siete países. Cree que se debe impulsar la actitud emprendedora ya desde las aulas, incluso en la adolescencia, como en Israel. Y destaca la influencia de los mentores en su propio aprendizaje.
Prodem: ¿Qué es PedidosYa.com y cómo se les ocurrió la idea de crear esta empresa?
Álvaro García: PedidosYa.com es el líder en pedidos de comida a domicilio online y mobile en América Latina. Básicamente reúne a los mejores restaurantes de una ciudad que ofrezcan servicio de envíos a domicilio, y permite realizar pedidos de comida tanto a través de la web como por dispositivos móviles. Comenzamos hace tres años en Montevideo con 40 restaurantes y hoy estamos presentes en otros seis países de América Latina (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú y Puerto Rico) con más de 4.500 restaurantes adheridos.
La idea nació en una clase en una universidad, llamada Actitud Emprendedora, en un ejercicio donde había que pensar un negocio en 30 minutos y luego exponerlo. Comenzamos pensando en un delivery de chivitos de Montevideo [se llama chivito a un sándwich de carne y agregados, muy popular en el Uruguay] que siempre tenía algún problema con los pedidos, y razonamos que si lo hacíamos a través de Internet podíamos mejorar mucho el proceso. Luego pensamos que sería interesante tener un sitio web donde poner todos los restaurantes. ¡Seríamos como un MercadoLibre de comida! exclamó uno de nosotros. Y finalmente pensamos en que esto podíamos hacerlo en varios países. Dicho y hecho, es el viaje que estamos realizando.
P: ¿Cuáles son los principales temas que les quitan el sueño en la actualidad?
AG: Nuestra primera preocupación era si íbamos a contar con capital suficiente para llevar a cabo el emprendimiento, dado que se trata de un negocio que difícilmente pueda crecer de modo orgánico. Al apuntar a varios países al mismo tiempo y tener un modelo business to consumer (es decir, que apunta al consumidor final), la iniciativa necesitaba de una importante inyección de capital. Creo que ese punto lo fuimos solventando y, a pesar de haber recibido el apoyo de firmas de primer nivel, tenemos bien presente que esto es sólo el comienzo de la compañía. Nos falta mucho para generar una compañía gigante.
Hoy, lo que más nos quita el sueño es saber si vamos a conseguir los recursos adecuados, ya que estamos en una industria muy nueva y construyendo un producto muy innovador. Hay pocos recursos con experiencia, así que somos muy selectivos para integrar a personas que tengan muchas ganas de aprender. Por otro lado, también nos preocupamos mucho por ir creciendo y organizando los procesos del mejor modo posible, para lo cual es clave contar con personas capacitadas, de modo de delegar y cumplir con los objetivos. No queremos caer en un caos organizativo a causa de nuestro crecimiento.
P: Ustedes emprendieron muy jóvenes y con poca experiencia previa. ¿Cómo incide esto en el desarrollo del emprendimiento? ¿Qué le recomendaría a un emprendedor que está terminando la universidad y aún no trabajó en ningún lado, pero que tiene un proyecto y está avanzando para crear su empresa?
AG: Primero respondo la segunda cuestión. Al emprendedor, le diría que, si piensa y siente que posee una buena idea, y tiene la pasión y fuerza para llevarla adelante, no lo piense dos veces: ¡que comience ya!
En nuestro caso es cierto que contábamos con poca experiencia, pero nuestras ganas de aprender fueron inmensas. Buscamos todos los recursos para conocer cómo gestionar un negocio, cómo vender, cómo especializarnos en tecnología, aprender sobre marketing. Creo que una de las mejores decisiones que tomamos al principio fue delegarnos especializaciones entre los tres co-fundadores: Ruben se encargó de tecnología, Ariel de ventas y yo de Marketing, y esa separación nos hizo trabajar muy ordenados. Obviamente al final del día todos hacíamos de todo, pero el tener definido el foco fue fundamental. También nos apoyamos mucho en mentores locales. Buscábamos de cualquier forma que nos recibieran los principales empresarios para contarles nuestra idea, pedirles opinión, hacer millones de preguntas y consultas. Creo que la pasión y las ganas de aprender es el ingrediente secreto que tenemos.
P: Si han recibido apoyo desde el ecosistema emprendedor, ¿en qué consistió y en cuáles aspectos del desarrollo del emprendimiento ha tenido incidencia?
AG: Sí, comenzamos con el apoyo de la ANII (Agencia nacional de Investigación e Innovación), una organización del Estado uruguayo apoyada por el BID, y del Fondo Emprender, un fondo de capital semilla en el Uruguay. Este apoyo nos ayudó en la etapa de lanzar el producto al mercado local, hasta tener “versiones beta” (experimentales) en algunos países como Chile y Argentina.
Luego cerramos dos rondas de financiación donde participaron Kaszek Ventures (firma de capital de riesgo del equipo fundador de MercadoLibre) y Atomico (firma de capital de riesgo del fundador de Skype). Con este apoyo aceleramos nuestra expansión internacional, y allí es donde nos encontramos actualmente, con nuestro servicio funcionando en siete países de América Latina.
P: ¿Cuál es su visión acerca del tipo de apoyo que necesitan los emprendedores?
AG: Por un lado, inversión, así como apoyo estratégico del expertise de otros emprendedores. Esto lo veo muy positivo en la región, Latinoamérica es un mercado emergente y además de haber cada vez más apoyo local (tanto de los gobiernos como de privados), en los países nórdicos cada vez están prestando más atención a compañías de nuestra región. Especialmente a las que están localizadas en Brasil o apuntan al mercado brasilero.
Por otro lado siempre insisto en que la educación tiene un rol fundamental. La experiencia, creo, es lo que forma a los emprendedores, pero la universidad es donde se tienen que forjar. También hay países modelo cómo Israel, donde organizan competencias de creación de ideas de negocios y de puesta en marcha de empresas a chicos de 13 años. Desde muy pequeños les inculcan esa cultura, por eso creo que la educación tiene un rol fundamental en este aspecto para crear un ecosistema emprendedor donde todos podamos ayudarnos y crecer juntos.
P: ¿En qué medida esas demandas están siendo atendidas satisfactoriamente?
AG: Conozco bien de cerca el sector de inversores y pienso que en este sentido cada vez más se están despertando oportunidades. Estuve en Colombia hace poco, donde conocí muchos apoyos del gobierno que están por lanzarse, así como por otro lado en la Argentina, Chile y Uruguay ya hace tiempo que los gobiernos vienen teniendo iniciativas de este tipo. Así también ocurre con el ámbito privado, donde cada vez más inversores están apostando a startups.
Pienso que para seguir con esta historia (aunque tampoco conozco de cerca el ámbito de la educación), es necesario que cada vez haya más propuestas, y que se comiencen a forjar más ideas y cultura emprendedora en las universidades, e incluso en ciclos anteriores de la educación.
P: ¿Cuáles son los logros como emprendedor que más orgulloso le generan?
AG: El haber creado un equipo único. Soy feliz trabajando día a día con mi equipo y viendo las ganas y la pasión que ponen para cumplir con la visión de nuestra empresa.