En el marco del 2° Foro de Capital Emprendedor que se llevó a cabo en la ciudad de Córdoba el pasado 28 de agosto, Hugo Kantis fue moderador en el panel “Tendencias e impacto del capital emprendedor en el sector científico-tecnológico”. Acá brindamos una síntesis de lo informado por el diario La Voz del Interior.
Las exposiciones en el citado panel del Foro –organizado por la Agencia Córdoba Innovar y Emprender del gobierno provincial– fueron reseñadas en el principal medio de ese distrito argentino.
Así, según la crónica de La Voz del Interior, para Matías Peire, fundador de Grid Exponential, “muchas veces pasa que el emprendedor sólo está pensando en esos 100 mil dólares que necesita, pero no en los dos o tres millones que va a necesitar ni en cómo va a hacer la trayectoria de financiamiento para los próximos cinco años. No piensa en ese proceso. Entonces, primero hay que ubicarse en qué tipo de proyecto tiene y para qué tipo de proceso de financiación”, explica Peire.
Luego el artículo presenta la visión de Hugo Kantis, director de Prodem: “Hay que tener en cuenta que del otro lado van a estar muy atentos a la escalabilidad y la potencialidad que tenga la propuesta de valor del negocio que se está planteando. Acá lo que se juega es la confianza que pueda despertar no sólo el negocio, porque el negocio es un abstracto, sino quien lo traduce en realidad, que es el equipo. Los emprendedores no terminan de entender que finalmente el negocio en buena medida es el equipo emprendedor. Transmitir confianza es algo que se genera con las palabras, con la comunicación gestual. Se está construyendo una relación de confianza no sólo en el negocio, sino en el equipo. Y no sólo importa el qué se dice, sino el cómo se entabla ese diálogo”.
En la voz de Gabriela Macagni, directora de corporate venture de Supervielle, se sostiene que “es mejor un equipo emprendedor reducido, dos o tres socios, y definir a los empleados que son claves, pero no son socios, sino que tienen que tener otra dimensión. Hemos encontrado muchos emprendimientos que nos encantan, pero tienen una estructura de socios tan diluida entre el primo, el hermano, etcétera, que no tiene sentido invertir”.
Respecto de la escalabilidad, para Kantis, “hay que establecer un equilibrio entre la importancia de escalar y cómo eso se lo banca. Hay veces que al escalar se adopta una mirada que no acompaña suficientemente la rentabilidad del negocio. Y hay veces que los números del negocio pueden sufrir mucho por una estrategia de escalamiento que no tenga en cuenta un adecuado equilibrio de cómo se mantiene la salud financiera. Por otro lado, a veces se busca un escalamiento sin suficiente información del mercado. Hay supuestos de cómo funciona el mercado que no conocemos, que en la realidad no se verifican, y ahí vienen los golpes y se resiente la salud financiera del negocio”.
Según Gerardo Marchesini, chief scientific business developer en Cites, “el crecimiento orgánico es el enemigo más grande de la escalada. Generalmente intentan crecer con el cash flow que tienen y lo que terminan perdiendo es tiempo, que es lo más valioso. En el momento de escalar hay que planificarlo para poder llegar lo antes posible y no con el mínimo capital posible”.
Por su parte, para Matías Peire, fundador de Grid Exponential, “uno de los principales errores es no tener clara la trayectoria de financiación. Otro es enfocarse demasiado en la solución y no en el problema. Y a veces hay que salir del supuesto y validar que realmente sea un problema. Puede ser un problema, pero a lo mejor no hay personas dispuestas a pagar por solucionarlo”.
Respecto del bloque temático centrado en un ecosistema “perfecto”, la nota de La Voz del Interior aporta en primer término la mirada de Marcelo Olmedo, presidente de la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba, para quien “lo más importante es que sea perseverante. No hay ningún ecosistema que en un corto plazo haya logrado nada; el ecosistema más exitoso del mundo, que es Israel, estuvo 30 años hasta empezar a mostrar resultados. Por eso me parece que lo más importante es la perseverancia, a pesar de las crisis”. Marchesini, de Cites, afirma sobre ese país de Medio Oriente que “estamos tratando de tomar las mejores prácticas de Israel desde hace cuatro años, y hemos aprendido que el ecosistema israelí tampoco es perfecto. No hay reglas perfectas, hay sentido común. Las recetas copiadas de un lugar a otro no funcionan. Hay que adaptarlas a la idiosincrasia local, a los valores locales y a la estabilidad de cada ecosistema”.
Por su parte Gabriela Ruggeri, manager partner en Kamay Venture, explica que “la receta es que los diferentes actores que se han ido involucrando, desde la academia hasta lo institucional y lo corporativo, los inversores, emprendedores, asociaciones, fundaciones, todos formen parte y hagan su rol. Creo que hoy lo que más falta son instituciones fuertes que respalden, que den ese marco a la propiedad intelectual, a las condiciones de inversión, un marco que dé más claridad, que elijan las reglas y que sean claras”.
Peire, de Grid, afirma que no hay un ecosistema perfecto, “hay que animarse a hacerlo, a conectarse, a abrir el juego y a tener claras las expectativas. Estas son importantes para poner en un marco claro y no entusiasmarnos demasiado, o no defraudar si no funciona. Hay que tener en cuenta el concepto de complejidad de las diferentes capas de lenguaje que interactúan y hablan”. Y Macagni, de Supervielle, consigna que “ya hemos avanzado mucho en ecosistema. La volatilidad argentina no ayuda, por lo que uno de los consejos es tratar de convertirse en una empresa regional, pero teniendo en cuenta que si lo haces anticipadamente se te pierden las energías. Pensar en negocios exportadores es una buena forma de mitigar la volatilidad”.
A modo de síntesis, Hugo Kantis explica: “Hay elementos que son claves: uno es tener claro qué grado de desarrollo alcanzó el ecosistema, ser muy consciente de qué activos tenemos y los grados de confianza desarrollados, fortalecer las articulaciones y a los actores. Se suele decir que un ecosistema depende de la espontaneidad y la serendipia, pero en mi opinión no se puede construir un ecosistema sin una estrategia clara, que va a ser en parte deliberada y en parte emergente, fruto de la espontaneidad de las relaciones y, en ese sentido, la política pública en ecosistemas en desarrollo es indispensable”