Compartimos una nota publicada en el Blog del BID donde se presenta el posicionamiento de los países según las condiciones sistémicas para el emprendimiento dinámico y los avances y retrocesos en el ranking.
América Latina ha venido creciendo en forma acelerada en la última década. Sin embargo, no cabe esperar que esta situación continúe, pues las perspectivas son de un freno en la economía. En este nuevo escenario, es más imperioso que nunca avanzar en la diversificación del tejido productivo para sostener el crecimiento. Y a los emprendedores dinámicos (aquellos que crean nuevas empresas innovadoras con alto potencial de crecimiento) les toca un papel protagónico en esta película.
Así lo indican las experiencias internacionales exitosas como las de Israel, Corea o los mismos Estados Unidos. En América Latina también recibimos algunas señales positivas por ejemplo con casos como el de los sensores que ayudan a evitar accidentes en zonas portuarias (Panamá); el de las cosechadoras de aceitunas (Argentina); el de los aditivos que mejoran el rendimiento del cobre (Chile) o el de las mezclas para hornear productos libre de gluten (Costa Rica). Si pudiéramos multiplicar significativamente la cantidad de estos emprendimientos el paisaje de la región sería bien diferente. Para eso debemos ser capaces de generar las condiciones apropiadas para que el emprendimiento dinámico florezca. Pero, ¿cómo hacerlo?
El primer paso es conocer el punto de partida y monitorear su evolución en el tiempo, algo que motivó a Prodem a dedicarle cerca de tres años a la construcción del Índice de Condiciones Sistémicas para el Emprendimiento Dinámico (ICSEd Prodem). El índice es una brújula para los gobiernos, los organismos internacionales y demás actores del ecosistema, pues ayuda a identificar fortalezas y debilidades, y a definir hojas de ruta para fomentar el emprendimiento y la innovación.
En la construcción del ICSEd partimos de un marco conceptual que propusimos en estudios realizados con el BID a inicios de los años 2000, cuando acuñamos el concepto de emprendimiento dinámico y el enfoque sistémico (no se hablaba aún de ecosistema). También hemos seguido el manual de buenas prácticas de índices de OECD y recibimos el apoyo de Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN-BID) para la publicación y difusión de resultados de las dos mediciones que ya llevamos realizadas, 2012 y 2015.
Los resultados de la última Copa América
Los resultados del reporte 2015 del ICSEd nos dice en pocas palabras que la Copa América del emprendimiento se la lleva Chile y que el podio de los Top 5 lo completan Costa Rica, Brasil, Argentina y Colombia. Pero ningún país de la región clasifica a la Copa del Mundo, porque se ubican desde la mitad de tabla para abajo.
Algunos progresos invitan a levantar la copa para brindar, pero los retrocesos impiden descorchar otra botella. Las buenas nuevas son el ascenso de Costa Rica y Colombia, que pasan a integrar el podio de los Top 5 de la región y entre las malas noticias se destacan el estancamiento de Argentina, la falta de progreso de Uruguay y el retroceso de México. En los dos últimos países aún debe esperarse que maduren los efectos de los programas públicos de emprendimiento, recientemente implementados por la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) en Uruguay y por el Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM) en Mexico.
El menú de debilidades de la región incluye las deficiencias de capital humano emprendedor y de los factores que inciden sobre el espacio para el surgimiento de oportunidades dinámicas. Por ejemplo, las empresas existentes no generan este tipo de oportunidades dado que suelen tener un perfil poco innovador. Algunas grandes empresas han comenzado a entenderlo y pasaron a la acción, pero aún son muy pocas. Además, la plataforma de ciencia y tecnología no contribuye al emprendimiento dinámico porque son limitados los esfuerzos en este campo, así como también sus puentes con el mundo del emprendimiento.
No desconocemos los avances que registran algunos países de la región en la última década, pero esto no está impactando al menos hasta el presente en forma nítida sobre la creación de empresas dinámicas. Por otra parte, las barreras en materia de financiamiento siguen siendo un escollo. Por ejemplo, los avances en la construcción de una oferta de capital emprendedor, que los hay, están aún en una fase embrionaria, y todavía deben validarse.
La dimensión con mayor cantidad de progresos en la región es políticas y regulaciones. En los últimos años ha crecido el número de gobiernos que ha implementado programas de emprendimiento. Del otro lado, los retrocesos más frecuentes se dan en capital social y en capital humano emprendedor, algo que inquieta dado que los avances en las políticas no suelen incluir a estas dos dimensiones tan críticas. Por lo general se concentran en ofrecer capital semilla y algún seguimiento técnico de los proyectos junto con el desarrollo de la oferta de financiamiento. Pero cuidado, porque si no se multiplica significativamente el talento emprendedor y mejora el ambiente para el networking, la fuerza del emprendimiento dinámico, lejos de crecer como hace falta, puede deteriorarse en los próximos años.
Otras noticias de hoy que pueden incidir en el índice de mañana se refieren al involucramiento de empresarios jóvenes en el rol de inversores ángeles, al frente de fondos de capital emprendedor, como líderes de aceleradoras y/o como mentores. Este fenómeno, conocido como entrepreneurial recycling, es un síntoma de maduración que, si logra escalar y generalizarse, seguramente impactará en los valores del ICSEd en futuras ediciones.
En resumen, el panorama de condiciones sistémicas en la región ofrece contrapuntos. El desafío consiste en generar el momentum redoblando la apuesta por el emprendimiento y la innovación para dar un salto de calidad. Hay que tener en cuenta la realidad de cada país, dado que existen ecosistemas nacientes, infantes y adolescentes, así como otros que deben retomar su proceso madurativo. El ICSEd-Prodem es una herramienta que, además de identificar las grandes tendencias regionales, puede ser muy valiosa para trabajar en la construcción de hojas de ruta en cada país.