Hace pocas semanas Hugo Kantis presentó en la 4th Global Entrepreneurship Research and Policy Conference, organizado por la George Washington y el ICSB, el trabajo “Condiciones sistémicas para la creación de empresas dinámicas en países emergentes”. La exposición tiene su base en el ICSE Prodem, que permite identificar fortalezas y debilidades principales a nivel sistémico. Acá presentamos un resumen de esa producción –realizada junto con Juan Federico y Sabrina Ibarra García, también del Prodem- que creemos será un aporte disparador de nuevas aproximaciones para una comprensión integral del problema.
Comentario previo
Dada la importancia que reviste el desarrollo del ICSE, recordamos las vías de contacto con el Prodem en general y con Hugo Kantis en especial, para todos los integrantes del Ecosistema Emprendedor y de los medios de comunicación interesados en profundizar en el tema: prodem@ungs.edu.ar; hkantis@gmail.com o hkantis@ungs.edu.ar
Introducción
En los últimos años se han escrito numerosos trabajos sobre la importancia de las nuevas empresas como generadoras de empleo, innovación, revitalización de los tejidos productivos, relanzamiento de los espacios regionales y canalización de las energías creativas de la sociedad. La contribución de las nuevas firmas depende de su capacidad de supervivencia y también de sus expectativas de crecimiento. Los países emergentes han venido ganando protagonismo por su acelerado crecimiento en los últimos años, principalmente basado en los beneficios del comercio internacional (mejores precios) y en la inversión extranjera directa. Pero es clave generar condiciones endógenas que den impulso y permitan diversificar las fuentes de su dinamismo. La creación de nuevas empresas dinámicas puede ser, desde esta perspectiva, un vector estratégico para su desarrollo.
Metodología
En este trabajo se propone un nuevo indicador, el Índice de Condiciones Sistémicas para el Emprendimiento, o ICSE Prodem, una herramienta que permite medir las condiciones sistémicas que inciden sobre el proceso emprendedor y que pueden facilitar u obstaculizar la formación y desarrollo de nuevas empresas dinámicas.
El ICSE Prodem está construido siguiendo las buenas prácticas recomendadas por OECD (2008) en su Handbook on Constructing Composite Indicators: Methodology and User Guides. El ICSE se compone de 10 dimensiones que agrupan a 41 variables representativas de los factores que conforman el Sistema Nacional de Desarrollo Emprendedor. Cada uno de los factores es cuantificado por indicadores obtenidos de diversas bases de datos reconocidas a nivel internacional (1). Cada una de las variables es agrupada en sub índices y éstos permiten construir el índice general mediante la utilización de la media geométrica. (2)
El ICSE Prodem puede calcularse para 52 países con diferentes niveles de desarrollo. Dentro de este grupo cabe distinguir a los países emergentes. Siguiendo la clasificación de Hoskisson et al (2000) está integrado por Argentina, Brasil, Chile, China, Colombia, Egipto, Hong Kong, Hungría, India, Malasia, México, Perú, Polonia, Rusia, Sudáfrica, Tailandia y Turquía. (3)
Principales Resultados
El análisis se concentró en detectar las tendencias principales comunes a las distintas naciones, siendo posible profundizar el análisis de los resultados a nivel de cada país o región utilizando niveles de desagregación mayor de las diferentes dimensiones.
Una primera tendencia muy clara es que las condiciones sistémicas para el emprendimiento están fuertemente asociadas al nivel de desarrollo de los países (en términos de sus PBI per cápita).
En términos generales, estos países se caracterizan por presentar valores del ICSE que les permiten despegarse de los países en desarrollo, aunque sus condiciones generales distan de las correspondientes a los países desarrollados. El valor medio del ICSE correspondiente a los países en desarrollo presenta una brecha con los más avanzados de 22 puntos, mientras que para los emergentes la misma es de 11 puntos.
En este contexto, es importante señalar el alto grado de heterogeneidad que existe al interior de este conjunto, donde un número acotado de países (Hong Kong, China y Polonia) presenta condiciones sistémicas mucho más favorables que el resto de los emergentes, fundamentalmente países de América Latina.
Discusión, implicancias y recomendaciones de políticas
Los resultados de esta investigación de naturaleza exploratoria muestran que, en general, las condiciones sistémicas para el emprendimiento suelen estar fuertemente asociadas al nivel de desarrollo de los países y también, en forma más atenuada, a la fertilidad empresarial (Nº de empresas creadas/PEA).
En este contexto general, se ha podido identificar que, en materia de condiciones para el emprendimiento, los países emergentes presentan situaciones intermedias entre los países más avanzados y los países en desarrollo, aunque al interior de este conjunto de países existe una fuerte heterogeneidad.
Sin embargo, el análisis de las distintas dimensiones del ICSE permite identificar que los países emergentes presentan debilidades en buena parte de los factores sistémicos. La oferta de emprendedores se ve afectada por limitaciones de capital humano, situación que se proyecta hacia adelante al considerar las deficiencias existentes en los ámbitos formativos: el sistema educativo y la estructura empresarial. Por otra parte, la plataforma de ciencia y tecnología es otro punto débil que, junto con las características de la demanda de las empresas, no contribuyen al surgimiento de oportunidades basadas en la innovación. Del lado de los recursos, la estrechez de las bases de capital social restringe la posibilidad de desarrollar redes de contacto de valor para los emprendedores, y los déficits existentes en materia de financiación hacen que los emprendimientos tengan que arreglárselas con fuentes propias para crear y hacer crecer su empresa, afectando su dinamismo.
La mejora reciente de las condiciones sistémicas para el emprendimiento observada en los países emergentes se ha circunscripto a unos pocos países y a factores como la cultura, pero en varios de ellos inclusive se han verificado algunos retrocesos o sencillamente no ha habido avances en dimensiones tan relevantes como el capital humano emprendedor o el financiamiento. Esta evolución convive con una pérdida de vigor en el dinamismo de la demanda, abriéndose interrogantes acerca de la sostenibilidad de los procesos de crecimiento que han venido protagonizando.
El estudio permitió definir prioridades para la construcción de una agenda de políticas orientadas a mejorar las condiciones sistémicas para el emprendimiento en los países emergentes. Algunas de ellas son objeto de políticas específicas de emprendimiento, mientras que otras necesitan de la articulación con otras áreas de políticas más generales como, por ejemplo, las de ciencia y tecnología, la educación y la estructura empresarial.
Para concluir, resta señalar que los países emergentes han atravesado en los últimos años importantes procesos de crecimiento económico cuya sostenibilidad dependerá en gran medida de su capacidad para diversificar las fuentes de crecimiento incluyendo en su estrategia el emprendimiento y la innovación. Para ello es muy importante mejorar significativamente las condiciones sistémicas para el emprendimiento dinámico.