Un reciente artículo publicado en el diario Clarín de Buenos Aires explica porqué los jóvenes de hoy, a diferencia de sus padres, apuestan más a desarrollar sus propias empresas en busca de alcanzar sus logros personales y profesionales. Entre otras cosas, ello se debe a que actualmente las grandes compañías no suelen dar respuesta a los intereses de las nuevas generaciones. Firmada por la periodista Ana Broitman, acá presentamos un resumen de la producción.
La Generación Y es el nombre que reciben los jóvenes nacidos entre 1980 y 1995. Esta nueva generación representa desde hace algunos años un desafío para las grandes compañías en lo que respecta a la atracción y retención de estos recursos.
Estos jóvenes buscan balancear la vida laboral y la personal: no es solo un buen salario lo que valoran al momento de tomar la decisión de dónde trabajar. El clima de trabajo, la flexibilidad, la posibilidad de vivir experiencias internacionales, son también elementos de especial validez para esta generación.
Si bien las grandes firmas han realizado importantes esfuerzos para atraerlos, lo cierto es que no todas pueden brindarles una oferta de servicios al alcance de sus necesidades. Esto ha hecho que sea cada vez más habitual, entre los jóvenes profesionales, apostar a desarrollar sus propios emprendimientos.
Como consecuencia, las grandes empresas de TI, que han venido registrando un sostenido crecimiento en los últimos años, se vieron obligadas a cambiar sus estrategias. En este sentido, las grandes compañías que no son capaces de atraer a jóvenes talentosos, cada vez más tienden a terciarizar soluciones puntuales de software en compañías más pequeñas que están dando sus primeros pasos, formando parte del nuevo fenómeno de las Microtech.
Maximo Cavazzani, un ingeniero en sistemas de 28 años que estudió ingeniería en Sistemas en el ITBA, es un ejemplo de esta nueva generación. En 2012 ya había formado su propia empresa y en este año lanzó al mercado el juego Preguntados con records de descargas y que se ha ubicado en el prime time televisivo.
Así, esta nueva generación de jóvenes presenta un perfil bien diferente al de sus padres, pues trabajar en una gran empresa ya no es lo que esperan al salir de la universidad, sino que ponen una mayor apuesta al proyecto del que puedan ser parte, en lugar del salario y los beneficios que puedan recibir de las grandes corporaciones.
Fuente: “Un proyecto vale más que un buen sueldo”, Diario Clarín, domingo 24 de agosto de 2014. Por Ana Broitman.
