El Equipo Prodem conversó con el emprendedor Victor Hwang, también capitalista de riesgo, actual CEO de T2 Venture Creation. La entrevista se centró en los “secretos” para construir un ecosistema emprendedor.
1) De acuerdo a tu experiencia, ¿cuáles son los principios más importantes que deben considerarse, si se apunta a construir un ecosistema emprendedor?
Los ecosistemas humanos son como los sistemas biológicos. Por ejemplo, pensemos la diferencia entre un bosque y una plantación. En una plantación se busca el crecimiento particular de un cultivo, y eso permite controlar el entorno para que crezca de la manera más productiva y eficiente. Ese modo de pensar –con el foco en el control y la predicción– ha sido el modelo predominante en los negocios y economía durante más de un siglo. Cuando pensamos en innovación, sin embargo, buscamos lo opuesto. Queremos crear entornos que hagan crecer lo inesperado, como en un bosque. En estos bosques, las cosas más importantes son las “malas” hierbas, los yuyos, pero no en el sentido de la connotación negativa de la palabra, sino porque se desarrollan muy rápidamente. Estas pequeñas y rápidas plantas, en un ecosistema emprendedor, pueden ser pequeñas start ups, que son lo más valorado en el “bosque” de empresas. Por lo tanto, para crear fuertes ecosistemas emprendedores, deberíamos diseñar entornos que cultiven esas malas hierbas –o yuyos–, pues fortalecen el crecimiento de emprendedores innovadores emergentes.
2 ) En términos concretos, ¿qué principios podrías enunciar?
La cultura es la raíz de todos los ecosistemas de innovación. Ese factor, en un ecosistema fuerte, incluye valores como la conectividad, la diversidad, la experimentación y la tolerancia al fracaso. También incluye reglas “no escritas” o implícitas, tales como “confiar en los demás antes de esperar confianza a cambio” y “pagar por adelantado”. Nosotros las llamamos “Reglas del bosque”. Estas reglas no son la norma en la mayor parte del mundo. Por lo general, las personas no confían en los demás hasta que hayan recibido previamente signos de confianza, y no hacen favores a menos que lo esperen de manera recíproca. Las comunidades que se abren paso a la confianza, la cultura y la colaboración van a construir el crecimiento sostenible e innovador. Tratar de construir un ecosistema, sin crear este tipo de cultura, simplemente es algo que no puede perdurar.
3 ) Su libro refiere a los “secretos” para construir el próximo Silicon Valley. ¿Cuáles son las precondiciones locales más importantes que deberían existir para ello?
Muchas personas visitan el Silicon Valley, y se dan cuenta de los recursos obvios. Pero esos no son la esencia. La clave del Silicon Valley es la mentalidad. Es lo que nosotros llamamos “infraestructura invisible”. Los ecosistemas dependen de algo más que de las universidades, empresas, capital, gobierno y recursos humanos. La infraestructura invisible del “Valley” es la cultura: las formas en que las personas interactúan entre ellas, cómo forman equipos, cómo confían en el otro. Y afortunadamente, la cultura es libre. La cultura adecuada dará lugar a las redes sociales necesarias para cruzar la frontera mediante las empresas, las instituciones y las jerarquías.
4 ) ¿Cuáles son los principales factores que influyen/inhiben la existencia de esa “infraestructura invisible”?
Los inhibidores de la construcción de la “infraestructura invisible” son el miedo, la desconfianza, la falta de apertura y una mentalidad de suma cero.
5 ) En tu enfoque, la “serendipia” es un concepto clave y no planificado por parte de los ecosistemas. En este contexto, ¿qué pueden hacer los gobiernos y los actores clave para promover el desarrollo de los ecosistemas?
Creemos que la sociedad puede diseñar ecosistemas tal como diseñamos, por caso, tazas de café. No es tan loco pensarlo de esa forma. Los arquitectos lo hacen: saben que el diseño de los edificios forma el comportamiento de las personas fuera y dentro de ellos. Los urbanistas conocen la configuración de las calles y veredas que moldean el comportamiento de los peatones y conductores. Es una cuestión de preguntarse: “¿qué comportamientos queremos?, y por lo tanto: ¿cómo damos forma al entorno que causa esos comportamientos?”. Si nuestro objetivo es fomentar la serendipia –lo que podríamos llamar acontecimientos inesperados– entonces deberíamos diseñar nuestras economías de esa forma. Por ejemplo, si usted pone en marcha una empresa o desarrolla una universidad, ¿son las mismas personas que se relacionan unas con otras todo el tiempo, o personas de distintos departamentos que se encuentran entre sí frecuentemente e interactúan?
6) ¿Entonces, lo que finalmente sugieres es simplemente fomentar la interacción abierta entre las personas? ¿Así de simple? ¿Pero qué otras cosas deben ser tomadas en consideración para diseñar sociedades que tiendan a ir por el camino que usted indica?
Hay un millón de maneras posibles con que las comunidades pueden apoyar a los emprendedores, innovadores y creadores. Son bastante conocidas: programas de mentoring a start ups, actividades de creación de redes, grupos de inversión ángel, estructuras de capital, programas educativos, etcétera. La lista es interminable. Hay mucha gente que los ha llevado a cabo. Sin embargo, muchas regiones han seguido estos modelos durante décadas, y sólo algunos pocos han mostrado los resultados en proporción al esfuerzo realizado. La razón es porque están haciendo el “qué” sin hacer el “cómo”. Ellos van a través de los movimientos, pero la cultura sigue siendo la misma. Así que lo que estamos diciendo es simplemente: se pueden hacer las mismas acciones, pero lo que es absolutamente crítico es la manera en que lo hacen. En última instancia, la cultura es la causa de la innovación para ser sostenibles a nivel sistémico.
7 ) El término “Ecosistema” incluye dos partes: “eco” y “sistema”. “Eco” refiere a una dinámica particular donde la espontaneidad domina el entorno y “sistema” se relaciona con la existencia de algunos nodos y sus relaciones. ¿Qué sugerencia puedes aportar para la construcción de ecosistemas en aquellos entornos con inconvenientes de masa crítica y escala, donde los nodos clave ni siquiera existen y las relaciones entre los actores son débiles?
Las comunidades o países crean nuevas redes organizacionales que son una suerte de puente para trasponer las barreras sociales, por ejemplo entre universidades y empresas, emprendedores e ingenieros, o hacedores de política y empresarios. Lo que se necesita es trabajar en el diseño de formas que rompan con las viejas estructuras sociales y contribuir a la construcción de nuevas. Por ejemplo, acabo de regresar de Porto Alegre, en Brasil, donde logramos reunir a 350 ciudadanos de todas las clases sociales y de distintos sectores. En esa instancia, les dimos las herramientas para que empiecen a trabajar en la superación de las diferencias y comiencen en la creación de innovadoras soluciones en conjunto. El resultado fue un retrato de la infraestructura invisible de la ciudad, que luego fue publicado para que todos pudieran verlo. Fue como un trabajo de arte con 350 pintores realizando su tarea al mismo tiempo. Porque reconocemos que los ecosistemas funcionan a partir de las personas y de la manera en que conforman equipos para resolver los problemas. Sólo se deben crear los medios adecuados para lograr lo mejor de la naturaleza humana.
8 ) ¿Entonces, es suficiente para transformar la realidad con promover la interacción humana y la construcción colectiva?¿Qué hacer con los eslabones inexistentes o muy débiles del ecosistema?
Sí, por supuesto. También se deben tomar medidas que punteen los eslabones perdidos, llenen los espacios vacíos, y generen una masa crítica. Por ejemplo, se pueden crear nuevas redes organizacionales para salvar las diferencias entre, por caso, las universidades y las empresas. Nuestro equipo ha ayudado a implementar esto en muchos lugares. Pero, francamente, esa parte es fácil. En última instancia, se necesita una cultura que genere que las personas lo realicen por su cuenta. Esa es la única manera para llegar a ser sostenible. A la mayoría de los proyectos les va bien en la primera parte, pero no en la segunda. Eso explica en gran parte por qué se han perdido cientos de miles de millones de dólares en proyectos de desarrollo de la innovación en las últimas dos décadas. Sólo podemos generar innovación sostenible a través de la creación de un cambio de cultura.