Hace algunas semanas alcanzó difusión pública el emprendimiento argentino Innova Space, impulsado por un docente de nivel secundario. Se trata de un ex empresario metalúrgico, que con sus alumnos construyó y lanzó al espacio el primer picosatélite de Latinoamérica.
El periodista Ariel Caravaggio publicó hace algunas semanas, en el diario argentino Clarín, la historia del docente, emprendedor y exempresario Alejandro Cordero, de 44 años, quien con tres de sus alumnos de secundario fundó la empresa Innova Space.
Les ofrecemos acá una síntesis del artículo.
¿Hacemos un satélite?
Caravaggio arranca su texto con una pregunta: “Chicos ¿qué les parece si hacemos un satélite?”. El enunciador que se dirigia a sus estudiantes era Alejandro Cordero de 44 años, profesor de la escuela técnica de Mar del Plata. Había decidido volver a vivir de lleno de la educación después de cerrar su empresa metalúrgica, en 2018, cuando las importaciones de insumos sacudieron sus finanzas.
Los alumnos, escépticos, le dijeron que sí. Ni por asomo creían que terminarían construyendo el primer satélite General San Martín, que se lanzará al espacio el 13 de enero desde la NASA para empezar a armar la constelación Libertadores de América[1]”.
En palabras de Cordero: “’Planeamos lanzar 100 picosatélites en tres años. A este le seguirán uno con el nombre de Juana Azurduy y otro con el de Simón Bolívar’, explica Cordero. Y aclara la definición de picosatélite: ‘Son más chicos que un nanosatélite: el picosatélite mide 10x5x5 centímetros y pesa medio kilo’. Su empresa, Innova Space, fue formada junto a tres estudiantes recibidos de su clase. Y se convertirá en la primera de Latinoamérica en lanzar picosatélites. Lo hará desde la plataforma Space X. Y tiene un ambicioso objetivo: ‘Permitirles a las empresas agrícolas de Argentina ubicadas en provincias o territorios sin acceso a Internet que puedan aplicar tecnología IOT para optimizar su producción sin explotar territorios más amplios’. ¿Qué son las comunicaciones IOT? (Internet de las cosas, traducido), la tecnología que permite interconectar distintos dispositivos para ser controlados desde un solo comando, como electrodomésticos y aparatos hogareños o, en este caso, equipos de agricultura, minería o extracción de petróleo”.
Sigue el texto: “El proyecto de Cordero no termina ahí. Empezó a enviar kits de tecnología satelital a escuelas técnicas de Buenos Aires y también a las primeras aulas de África. ‘Realmente se pueden construir satélites en los colegios, o enseñar programación e innovación tecnológica. Mi sueño de fondo es que esta experiencia lleve a cada vez más chicos a soñar con ser ingenieros, técnicos, científicos’, dice”.
Cordero suelto
Caravaggio explica que, “mucho antes de ser el Profe Cordero, ese que tiró los vetustos pizarrones de tiza, pintó de colores y cambió todos los muebles de la Escuela Técnica de Mar del Plata para atraer a sus estudiantes, Alejandro tuvo una infancia áspera: ‘Nací en el ’76, tengo a la Guerra de Malvinas muy presente en mi mente porque en casa se hablaba del tema. Por eso también todos los satélites y proyectos llevan la estampa de las Islas Malvinas como una firma. Mi papá era obrero metalúrgico y mi mamá ama de casa. Aunque hoy vivo en Mar Chiquita, me crié en José C. Paz, donde estudié en la Técnica N°2, y siempre me enseñaron que la forma de salir de la pobreza era estudiar y esforzarse. Hoy puedo decir que la educación pública me dio todo’, resume”.
“En los ’80, las barriadas conformadas por migrantes del interior del país se unían para aportar mercadería y asegurar, entre todos, la comida. ‘Ese espíritu les transmití a mis alumnos, y así llegamos al proyecto que parecía un sueño y se hizo realidad’. Cuando terminó la escuela, Cordero no podía pagar el boleto para viajar a una universidad en Capital Federal o lejos de su barrio. ‘Empecé a trabajar para Pepsi, barriendo’, recuerda. Once años después era coordinador de Instrumentación y Control para el Cono Sur. Después vino la historia de su propia Pyme y el regreso a la docencia”.
Alumnos y empresa
Sigue Cordero con el relato de sus avances: “’Descubrí que con la plataforma ARDUINO se pueden desarrollar satélites chicos. Una placa de esas sale menos de 1000 pesos argentinos [N. del E.: unos nueve dólares al tipo de cambio oficial, o cinco al cambio paralelo]. Los chicos empezaron a aprender a programar y a desarrollar cosas que no sabían: tuvieron que aprenderlo además de electrónica, inglés, física, matemáticas. Hasta hicieron papers de divulgación científica que los hicieron salir en todos lados’, recuerda. Gracias a eso llegó una invitación para viajar a Escocia, a un congreso anual de satélites chicos. Y después, el sueño hecho realidad: la Aceleradora de Startup Neutrón, de Mar del Plata, les propuso financiar el proyecto de enviar desde la NASA su propia constelación al espacio. ‘Así nació Innova Space, nuestra firma. Éramos los tres técnicos recibidos, estudiantes del primer año de Ingeniería, y yo. Luego de seis meses empezamos a tomar ingenieros y personal. Hoy somos más de 16’, cuenta Cordero, y prosigue: ‘Hoy los costos de lanzamiento, desarrollo y fabricación hacen que sea posible generar una constelación. Más de dos satélites conforman una. Hoy, Argentina sólo tiene dos: la de empresa privada Satel Logic, de porte grande (unos 200 kilos), que ya envió unos 20; y SAOCOM, nacional, que cuenta con dos satélites de observación terrestre de la agencia espacial de Argentina, CONAE. Después del picosatélite San Martín, que técnicamente se denomina MDQubeSAT1, planeamos lanzar seis en 2022, 16 en 2023 y unos 90 en 2024’. Y explica el fin del proyecto, más allá del crecimiento de su industria que comenzó en un aula y ya está valuada en 40 millones de dólares: ‘En Argentina el 70% del territorio se encuentra sin comunicación: son las zonas menos pobladas donde está el agro. El futuro palpable indica que los agricultores deberán producir más del doble pero con la misma superficie sembrada. La única forma es con tecnología de comunicación, y hoy a las empresas de celulares no les sirve poner torres donde no hay población. Con lo que cuesta poner una torre, lanzamos más de cien satélites que permiten llevar esa tecnología de Internet al campo’, aclara Cordero”.
Para acceder a la nota original, entrar en: https://www.clarin.com/zonales/profesor-comia-ollas-populares-arranca-2022-lanzando-primer-satelite-san-martin-espacio_0_UgcwOxvKF.html#:~:text=As%C3%AD%20les%20dijo%20Alejandro%20Cordero,esc%C3%A9pticos%2C%20le%20dijeron%20que%20s%C3%AD.
[1] El lanzamiento se concretó el 13/1/22, pocos días después de la publicación del artículo, ver: https://www.argencon.org/innova-space-realizo-con-exito-el-lanzamiento-de-su-primer-picosatelite-general-san-martin/