El autor, Emad Rahim, relata diversos modos prácticos para incorporar la experiencia real de las empresas en los cursos académicos. Estudios de caso, pasantías o incluso trabajos de consultoría para pymes son algunas de las opciones.
Hoy vivimos en un contexto donde los cambios en los negocios globales van a un ritmo impresionante. Así, los profesionales recién graduados apenas tienen tiempo para aclimatarse a una nueva sociedad, un nuevo entorno competitivo o nuevas necesidades operacionales. Los desafíos que enfrentan los trabajadores jóvenes son la falta de experiencia, un mundo empresarial complejo, y la educación de negocios que se enfoca demasiado en lo teórico pero está mal sincronizada con el día a día de las necesidades de las empresas.
La escuela de negocios no tiene que ser una parte del problema: las instituciones de enseñanza superior pueden hacer sus grados más atractivos y prácticos mediante la mezcla de los dogmas económicos y comerciales tradicionales con el mundo real, las experiencias prácticas y los desafíos operacionales, que ayudará a preparar mejor a los estudiantes para el mundo laboral.
Consultando con expertos de todo el país por su expertise en esta materia, se obtuvieron 10 recomendaciones para mejorar la educación emprendedora. Opinaron empresarios sociales exitosos, profesores, empresarios, fundadores de startups e investigadores. A continuación, varios consejos que, al ser implementados en las universidades, les permitirá mejorar su desempeño, y a sus estudiantes alcanzar más autonomía y desarrollar carreras más productivas.
1. Focalizar más en estudio de casos
Los estudios de casos son un método eficaz para estimular la curiosidad de los estudiantes, pues los colocan cara a cara con las situaciones reales de una empresa. Mediante el estudio de casos de éxito empresarial pasados o presentes, los estudiantes pueden profundizar en los procesos y procedimientos que siguen los ejecutivos para tomar decisiones.
Esto, justamente, es lo que un título en negocios debe enseñar: el patrón de pensamiento de un gerente, la fórmula para analizar una situación, evaluar alternativas, elegir una solución, y seguir el progreso a través del tiempo.
Los estudios de casos de negocios son hoy parte de los planes de estudio a nivel de postgrado, pero sería beneficioso para los estudiantes y las universidades que sean un componente esencial de los programas de grado.
2. Vincular lo curricular con los desafíos del mundo real de las empresas
Las universidades pueden impulsar sus programas de grados de negocios conectando sus planes de estudio con los retos empresariales de la vida real. Por ejemplo, en la enseñanza de marketing en medios sociales, un profesor puede señalar cómo Facebook y Twitter se han convertido en el punto de apoyo de promoción para muchas empresas de todo el mundo. Del mismo modo, un profesor de finanzas puede utilizar la crisis de las hipotecas, vivida en 2008, de modo de inculcar en los alumnos nociones tan diversas como la flexibilización cuantitativa, la inflación y la política monetaria.
3. Crear oportunidades para que los estudiantes participen en concursos de emprendimiento social
No hay nada más atractivo y práctico que dejar que los estudiantes participen en algún tipo de concursos de emprendimiento. Esto incluye tanto a las empresas de emprendimiento social, como en emprendimientos de alta tecnología. No sorprende, en este sentido, que programas como The Apprentice (El aprendiz) y Shark Tank [N. d E.: un reality show de la TV de Estados Unidos, donde compiten emprendedores] tengan tantos espectadores y elogios de la crítica mundial.
Idealmente, un concurso de espíritu empresarial puede enfrentar a dos o varios grupos de estudiantes entre sí, si el concurso es patrocinado por una sola universidad. Pero también un grupo de instituciones puede reunirse y patrocinar estos concursos.
4. Asociarse con empresas
Universidades prominentes ya tienen acuerdos de colaboración con las empresas, con lo que envían regularmente a los estudiantes a trabajar temporalmente como pasantes en organizaciones específicas. Un emprendimiento en residencia es también una forma innovadora para fomentar el conocimiento práctico, que permite a los profesionales jóvenes codearse con empresarios establecidos y con experiencia. Esta clase de experiencias facilitan la vinculación de los empresarios de éxito -que en el inicio sirven como mentores y dan charlas- con los campus, y así ofrecer a los estudiantes una perspectiva del mundo real de los negocios y el espíritu empresarial. Como lo expresó Michael Simmons, co-fundador y socio de Empact: “Los Colleges y las universidades ahora pueden contribuir al máximo al servir como el pegamento que conecta a los estudiantes con el resto del ecosistema.”
Una vez más: este tipo de asociación ya existe en los programas de MBA en universidades prominentes, pero la idea es ampliarlo a otras, si no todas, las instituciones de enseñanza superior, y también incluir a los emprendedores.
5. Invitar ejecutivos de empresa para dar conferencias
Algunas instituciones, como la Kellogg School of Management, han encontrado nuevas maneras de hacer que la enseñanza del espíritu empresarial sea más atractiva, vibrante y eficaz. Ocasionalmente invitan a ejecutivos de negocios y les piden a enseñar un curso completo, hacer una presentación, o compartir sus experiencias con los estudiantes.
Tales iniciativas han producido excelentes resultados, ya que los estudiantes pueden aprender y captar una visión del mundo real de una manera superior a lo que aprenderían en tomos y tomos de literatura de negocios.
6. Proporcionar servicios de consultoría para pequeñas empresas y organizaciones no lucrativas
Las universidades pueden hacer dinero –y ofrecer formación al mismo tiempo- a través de la prestación de servicios de consultoría para pequeñas empresas o para entes sin fines de lucro. Conceptualmente, el profesor lideraría el equipo de consultores/estudiantes, formulando las prioridades operativas y guiando a los estudiantes a lo largo del trabajo de consultoría.
Este escenario es un esquema del tipo “ganar-ganar” para todas las partes involucradas. Los alumnos aprenden cosas prácticas, las universidades y los profesores hacen dinero extra; y las pequeñas empresas y organizaciones no lucrativas pagan precios asequibles por servicios de consultoría de alta calidad.
7. Ayudar a los estudiantes a lanzar sus propias empresas
En una economía global con altos niveles de desempleo, nada sería mejor que ayudar a los estudiantes a poner en marcha sus propios negocios. Las universidades pueden trabajar en colaboración con los estudiantes, empresarios e instituciones estatales (como la Small Business Administration, del gobierno estadounidense), de modo de realizar estudios de mercado, obtener financiamiento, y crear empresas viables.
El estudiante-emprendedor aprende en el proceso, y a sus compañeros de clase también les permite ampliar sus conocimientos prácticos.
8. Hacer hincapié en temas de tecnología en los planes de estudio
La tecnología ha afirmado su supremacía sobre la economía global de hoy. Las instituciones de enseñanza superior pueden impulsar las carreras de los estudiantes mediante la incorporación de más temas de tecnología en el curriculum.
La idea es no obstruir los programas académicos con la codificación, programación y cursos de informática de hardware, sino enseñar a las empresas y los emprendedores las estrategias de uso de la tecnología para innovar, comunicar, publicitar y ganar dinero.
9. Fomentar programas globales de intercambio con otras instituciones
Los programas de intercambio globales no son algo nuevo, pero el concepto no se ha expandido como se debe a los programas de negocios. Por ejemplo, el Programa Erasmus en Europa permite a los estudiantes de los países de la zona euro iniciar un programa de grado en un país y terminar en otro. Programas similares, como el liderado por el Instituto Tecnológico de Nueva York, también existen en los Estados Unidos y en otros lugares.
El concepto aquí es ampliar el programa de intercambio con otras instituciones, invitando a estudiantes con diversos antecedentes culturales y profesionales.
10. Alentar a los estudiantes a participar en programas de residencia
Los estudiantes en programas de residencia son comparables a las pasantías, excepto que los estudiantes obtienen experiencia práctica, trabajan un número determinado de horas en la empresa anfitriona (digamos, 20 horas a la semana) y completan tareas que, en última instancia, se califican y acumulan puntaje para el curso de GPA (Grade point average) final.
Al igual que los programas de emprendedor-en-residencia, la iniciativa de estudiante-en-residencia permite a estudiantes y profesionales aprender unos de otros, mientras discuten y resuelven los retos empresariales del mundo real.
A modo de conclusión: para fomentar el espíritu empresarial en los estudiantes, ya sea social o con fines de lucro, las universidades deben ofrecer cursos más prácticos, combinando la teoría de la literatura económica tradicional con las necesidades concretas de la gestión empresarial cotidiana. La educación debe ser experiencial, y dar a los estudiantes una experiencia del mundo real. Brindar a los estudiantes el espíritu empresarial, les permitirá probar si pueden nadar (o hundirse) en el Shark Tank
Autor: Dr. Emad Rahim, emprendedor en residencia en la Universidad del Estado de Oklahoma y profesor visitante en la Universidad de Rutgers.
Georgina Herrera
Son temas puntuales en la formación de nuestros estudiantes, ya que la sociedad actual demanda mas como emprendedores tenemos diversidad de oportunidades
Henry Eliezer Bonnet Luis
Excelente temas y casos practico para leer y poner en practica con los emprendedores.