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El costo de la desigualdad: la lenta carrera por el financiamiento femenino

septiembre 14, 2025

Aunque el ecosistema global de startups no deja de crecer, solo una mínima parte del capital de riesgo va hacia emprendimientos liderados exclusivamente por mujeres. La brecha de género se mantiene casi inalterable, revelando una barrera al crecimiento y expansión de empresas lideradas por mujeres.

Un informe reciente del Founders Forum vuelve a poner en evidencia una realidad tan persistente como preocupante: las startups fundadas exclusivamente por mujeres siguen recibiendo una porción marginal del capital de riesgo a nivel global. En 2024, de los 289.000 millones de dólares invertidos, solo el 2,3 % fue destinado a equipos liderados por mujeres. Si bien esto representa una leve mejora respecto al año anterior, el ritmo de avance es tan lento que, sin cambios estructurales, la paridad en el acceso al financiamiento podría demorar varias décadas en alcanzarse.

Esta brecha no solo refleja una desigualdad profunda, sino también una ineficiencia en la asignación de capital que limita el potencial innovador del ecosistema emprendedor. La enorme mayoría del capital sigue concentrándose en equipos liderados exclusivamente por hombres.

Este patrón se refleja claramente en la imagen que acompaña esta nota, donde se muestra la distribución del capital de riesgo por región y tipo de equipo fundador. Los datos evidencian que, en todas las regiones, los emprendimientos integrados exclusivamente por mujeres quedan sistemáticamente relegados, especialmente en los hubs con mayor dinamismo emprendedor. Según la investigación del Founders Forum, esta situación podría explicarse por factores como redes de capital de riesgo menos consolidadas, un mayor énfasis en la inversión de impacto y una presencia más significativa de mujeres en los servicios financieros locales.

Cuando se analiza el ciclo de vida de las inversiones, la situación se agrava. A medida que los emprendimientos liderados por mujeres avanzan hacia rondas de financiamiento más altas, su presencia tiende a disminuir. Es decir, las barreras no solo se presentan al momento de iniciar un proyecto, sino que se profundizan al momento de escalar. La consecuencia es clara, se desperdicia talento y potencial innovador que podría generar crecimiento económico, diversificar los mercados y ofrecer soluciones más inclusivas a problemas globales.

Otro aspecto llamativo es la diferencia en los montos obtenidos. Incluso aquellas pocas emprendedoras mujeres que logran acceder a financiamiento, reciben en promedio, tickets mucho menores que los emprendedores varones, lo cual limita la capacidad de crecimiento y competencia de sus startups. En tal sentido mientras en promedio, empresas fundadas exclusivamente por mujeres fue de 5,2 millones de dólares, para su contraparte fundadas por hombres, es de 11.7 millones de dólares.

El informe también destaca que, si bien hay sectores como la tecnología vinculada a la salud, la educación o el bienestar femenino donde hay una mayor proporción de fundadoras, eso no necesariamente se traduce en mayor acceso a capital. Por el contrario, los sectores más dinámicos en términos de inversión (inteligencia artificial o ciberseguridad) siguen siendo dominados por hombres.

El informe no se limita a mostrar el problema, también plantea acciones concretas para revertir esta situación: desde promover mayor diversidad en los equipos de inversión, hasta establecer métricas de equidad en la asignación de fondos, pasando por la generación de alianzas estratégicas entre redes de inversoras y emprendedoras.

Para reflexionar. El contraste entre el análisis global del Founders Forum y la mirada regional del GEIAL invita a los actores del ecosistema latinoamericano a revisar hasta qué punto los aprendizajes internacionales pueden enriquecer los diagnósticos y propuestas que ya se han construido colectivamente en la región. El apartado específico sobre mujeres emprendedoras, además, abre la posibilidad de reconocer brechas que persisten y preguntarse si los programas que cada institución impulsa están efectivamente orientados a reducirlas o si requieren ajustes para responder mejor a estas realidades. En este sentido, surge también la necesidad de avanzar en nuevas mediciones que complementen lo ya disponible, para contar con una visión más integral que permita guiar la acción en los distintos territorios y generar un impacto más profundo en la equidad y en el fortalecimiento del emprendimiento en América Latina.

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