En los últimos años han crecido las iniciativas y el interés por promover el desarrollo emprendedor entre los jóvenes de la región. En esta nota, proponemos algunos ejes para intervenir en su promoción, a la luz de diferentes investigaciones y experiencias.
De acuerdo a un estudio realizado por el BID, en América Latina sólo el 13% de los jóvenes emprende. En este contexto, en los últimos años han proliferado distintas iniciativas en la región, orientadas a promover el emprendimiento juvenil.
En 2009, Prodem fue invitado a exponer su mirada sobre el tema en el Congreso “Empleabilidad – Jóvenes – Oportunidad” organizado por la International Youth Foundation (IYF) en Bogotá, Colombia, espacio en el que se compartieron distintas experiencias de apoyo y estrategias para promover la empleabilidad de los jóvenes y la creación de emprendimientos. En 2010, asimismo, Prodem fue invitado por el Gobierno de la Provincia de Chubut, Argentina, a la 1era. Muestra Latinoamericana de Jóvenes Emprendedores, en la que estudiantes de la escuela media presentaron sus proyectos de emprendimientos. En el presente artículo se exponen algunos de los aportes del Prodem en ambas actividades.
Por lo general, el vínculo inicial entre emprendimiento y juventud por parte de los distintos programas suele responder a la expectativa de instalar la creación de una empresa o el autoempleo como alternativas que permitan la inserción laboral de los jóvenes, frente a los graves problemas que enfrentan para acceder al mercado de trabajo (CEPAL, 2006). Sin embargo, la promoción del emprendimiento juvenil, desde nuestra perspectiva, debería ser vista con una mirada más amplia, que incluye:
La exposición de los jóvenes ante distintos tipos de opciones emprendedoras (emprendimientos con y sin fines de lucro; para crear una empresa o bien para ser un intrapreneur)
El desarrollo temprano de la vocación empresarial
El acercamiento de los jóvenes al mundo de la empresa y del trabajo
La canalización positiva de las energías juveniles ayudándolos a identificar un horizonte de futuro por la vía de proyectos emprendedores
El desarrollo de las capacidades de los jóvenes a través de la experiencia emprendedora (en articulación con el sistema educativo y de formación profesional)
La ampliación del capital social de los jóvenes
El apoyo a los emprendimientos juveniles que buscan generar ingresos rápidos como plataformas de aprendizaje para el futuro.
En este marco, se presentan las siguientes ideas para la promoción del emprendimiento juvenil que surgen de nuestra experiencia:
A nivel estratégico es necesario:
Fijar objetivos claros a la hora de diseñar las actividades y servicios y al fijar el impacto esperado. Por ejemplo: ¿mejorar su empleabilidad futura? ¿Generar una fuente de ingresos para los jóvenes en el corto plazo? ¿Crear emprendimientos orientados al crecimiento? Todo ello debe estar en coherencia con el perfil de los emprendedores, aspecto al que nos referimos en el punto siguiente.
Definir con claridad el perfil de los jóvenes con los que se va a trabajar. Esto implica considerar la amplitud y heterogeneidad de los distintos segmentos existentes: Edad, estadio madurativo, trayectoria formativa y laboral, ámbito de residencia, entorno social, motivaciones y aspiraciones. De manera contrastante, pueden diferenciarse aquellos emprendedores jóvenes que se orientan a emprender por necesidad, de aquellos jóvenes que ya cuentan con una vocación emprendedora.
Desarrollar contactos y alianzas con los ámbitos por los que circulan habitualmente los jóvenes. Dependiendo del perfil puede incluir clubes, organizaciones barriales, escuelas, universidades, programas de capacitación, etc.
Constituir equipos de trabajo interdisciplinarios y con experiencia en la formación y el trato interpersonal con jóvenes. El apoyo a este segmento de beneficiarios debe contemplar el trabajo en áreas tanto del desarrollo personal como del vocacional.
Acerca de las actividades a desarrollar con los jóvenes:
Utilizar como modelos de rol a otros jóvenes empresarios con perfiles y experiencias exitosas cercanos. El contagio de motivación y la generación de empatía con otros jóvenes que ya han transitado el camino de emprender sensibiliza y rompe barreras y obstáculos mentales que pueden bloquear a los jóvenes a la hora de lanzar el emprendimiento. Es muy importante seleccionar experiencias que generen la sensación de deseabilidad y factibilidad.
Estimular la formación vivencial y dotarlos de herramientas técnicas. Un aspecto clave en el desarrollo de competencias y capacidades es el aprendizaje generado en base a la experiencia. Las técnicas de desarrollo de competencias junto con algunas herramientas técnicas de desarrollo de proyectos son un complemento importante a la hora de fortalecer sus capacidades emprendedoras.
Incorporar a la formación experiencias de articulación y aprendizaje con el mundo de las empresas.Una de las principales debilidades de los jóvenes es la falta de experiencia laboral. Las instituciones deberían acercar el mundo de las empresas a estos jóvenes, permitiéndoles desarrollar capacidades y competencias en el ámbito empresarial que son definitorias a la hora de lanzar un emprendimiento propio (Kantis y otros, 2004), por ejemplo a través de prácticas en empresas. Esas experiencias permiten forjar el compromiso, habituarse al trabajo exigente y entender el lenguaje y los códigos comunicacionales del mundo de la empresa.
Apoyar a los emprendedores jóvenes brindando soporte institucional y credibilidad frente al mercado. Los problemas de acceso al mercado laboral para los jóvenes son mayores que para los adultos, y esas dificultades también se trasladan al mundo del emprendimiento. El acceso a recursos para iniciar la empresa y conseguir los primeros clientes requiere mayores esfuerzos para los emprendedores juveniles,pues es necesario construir reputación y transmitir confianza a terceros, tarea que para los jóvenes puede resultar más compleja o en algunos casos directamente impracticable por su falta de experiencia. El apadrinamiento de otros empresarios y la presencia de instituciones que den soporte es crucial frente a terceros.
Contemplar las necesidades de formación y deseos de los jóvenes emprendedores. Es importante que los programas de apoyo los estimulen a completar sus estudios y a continuar capacitándose. A mayor nivel educativo de los jóvenes emprendedores, mayores son las probabilidades de éxito del emprendimiento (BID 2006).
Facilitar el acceso a recursos. Dadas las restricciones de acceso a recursos financieros formales, para los jóvenes en particular, es muy importante establecer fondos de recursos para financiar experiencias emprendedoras que, según el segmento de edad y realidad social, apliquen al desarrollo de prácticas aleccionadoras o bien de emprendimientos con perspectivas de puesta en marcha y desarrollo.
Enfoque sistémico. El emprendimiento juvenil debe ser considerado en el más amplio marco del sistema de desarrollo emprendedor. Ello supone articularlo con el resto de las iniciativas que buscan promover el emprendimiento.