Hace algunas semanas fue entrevistado Hernán Kazah en un diario argentino. Se trata de uno de los cofundadores de Mercado Libre a principios de siglo, hoy uno de las mayores empresas de la región. Actualmente codirige Kaszek Ventures, al que define como “el principal fondo de inversión de venture capital de América Latina”.
Con firma del periodista José del Río, el diario La Nación publicó hace algunas semanas una entrevista a Hernán Kazah, cofundador de Mercado Libre y creador del fondo inversor Kaszek Ventures junto con Nicolás Szekazy.
A continuación, les ofrecemos un resumen de la entrevista.
Exemprendedores de cacería
Preguntado por los inicios del fondo inversor, Kazah responde:
Cuando salimos de Mercado Libre junto con Nicolás, queríamos seguir participando del ecosistema tecnológico emprendedor de la región. Creíamos que como ex-emprendedores podíamos aportar algo distinto respecto de lo que había en ese momento en la región. Y obviamente éramos muy optimistas con cómo eso iba a progresar, cómo la tecnología iba a generar una disrupción muy positiva en América Latina. La idea inicial era poner un poco de nuestro capital, pero terminó siendo un fondo mucho más grande de lo que creíamos. Apostábamos a US$50 millones y fue de US$100 millones. Y a partir de ahí, las cosas se fueron dando.”
¿Por qué ese ascenso? Responde:
porque empezó a crecer el interés por Latinoamérica. Siguió creciendo por la tecnología a nivel mundial.
Hoy, dice:
tenemos ya nueve fondos. Hemos levantado un total de US$3000 millones que los invertimos en toda la región, desde México, Brasil, Colombia, Argentina, Chile, Uruguay. En compañías principalmente de foco tecnológico y con la idea de aportar capital y también darles valor agregado a los emprendedores. Un poco con nuestro conocimiento de exemprendedores”.
Y luego completa:
“Lo que nosotros hacemos es asociarnos con los emprendedores, principalmente en etapa bien inicial. Hay veces que invertimos cuando el emprendedor solo tiene una idea, está en el Power Point y quiere lanzar algo. Hay veces que lo hacemos un poquito más tarde, cuando ya tal vez hay una app en el mercado y está funcionando. E inclusive a veces cuando hay una compañía un poco más avanzada, que ya ha recibido algo de capital en el mercado, pero está esperando hacer una nueva ronda con más capital para seguir creciendo”.
Y sobre su participación accionaria, aclara:
“Nosotros nunca tomamos control de la compañía. Tratamos de tomar más o menos 20, 25 o 30% del capital accionario. Pasamos a ser parte del directorio, tratamos de ayudar en cuestiones operativas, cuestiones estratégicas, cuestiones de financiamiento y obviamente también con nuestro propio capital. Porque ahí un poco la clave también es acelerar”.
Y luego agrega:
“Uno apuesta hoy para algo que uno cree que va a suceder dentro de 5, 10, a veces 15 años. Y eso involucra mucho crecimiento, involucra ir formalizando una compañía. Son unos pocos fundadores, un equipo chico, tal vez en un garage y eso empieza a formalizarse. Eventualmente se terminan transformando en organigramas más complejos, con jefes, con estructura, con un poco de burocracia, pero siempre con la idea de crecer y generar valor a través de un producto tecnológico”.
Sobre la tasa de éxito:
“Nosotros hasta hoy hemos invertido más o menos en 140 compañías y si mirás el retorno de los fondos, la mayoría viene de una docena de empresas. (…) Los emprendedores suelen tentarse con muchos proyectos y nosotros tratamos de ayudarlos a que se enfoquen en pocas cosas, pero que esas pocas cosas realmente se hagan de manera muy, muy bien”.
Luego, la charla deriva a su propia formación:
“Yo siempre digo que soy un producto de la educación pública argentina, fui a una escuela primaria pública en La Lucila, fui al Nacional de Buenos Aires, fui a la UBA, y recién la primera vez que fui a una institución privada fue cuando fui a Stanford en Estados Unidos (…) no era lo que uno estaba acostumbrado en la UBA o en el colegio secundario. Después de ese shock inicial, no era el mejor alumno, pero no era el peor alumno y me fue bien y aprendí. Así que estoy muy agradecido de esa educación que recibí, que creo que era uno de los grandes activos que tenía la Argentina, que todavía tiene, pero hay que asegurarnos que la preservamos. Creo que es lo que nos va a permitir eventualmente progresar hacia adelante”.