Presentamos dos finalistas del Premio ST-Prodem que ponen el foco en las políticas basadas en evidencia. Las experiencias de República Dominicana y Uruguay muestran el valor de articular investigación y diseño de políticas públicas. Ambos casos evidencian cómo el trabajo con datos mejora la eficacia institucional y fortalece el aprendizaje dentro de los ecosistemas.
Durante el 14ST-Prodem, tuvimos la posibilidad de conocer dos estudios muy interesantes. El primero de ellos, realizado por la Universidad Iberoamericana (UNIBE) de República Dominicana bajo el título “Hallazgos sobre el Ecosistema Emprendedor en República Dominicana: Retos y Oportunidades”, es una investigación pionera que ofrece un diagnóstico integral sobre el estado del emprendimiento en el país que sirvió de base para el diseño de la nueva política.
El segundo estudio “Sin base no hay paraíso”, es un análisis de los resultados del instrumento Validación de Idea de Negocio (VIN) desarrollado entre ANDE (Agencia Nacional de Desarrollo) y ANII (Agencia Nacional de Investigación e Innovación) de Uruguay que busca acompañar a las personas emprendedoras en el desarrollo y testeo de su producto mínimo viable.
Mapeando el ecosistema dominicano
Desde la Universidad Iberoamericana (UNIBE), Leandro Féliz Matos, del Centro de Innovación para el Desarrollo Empresarial y Emprendimiento, presentó los resultados de un levantamiento exhaustivo de información cuali y cuantitativa sobre el ecosistema emprendedor en República Dominicana, con el objetivo de identificar los principales retos y oportunidades para su desarrollo.
Este estudio no solo ofreció un diagnóstico detallado del ecosistema dominicano, sino que también permitió extraer resultados y aprendizajes estratégicos para su desarrollo. Entre ellos, se destacan tres aspectos centrales:
- Articulación del ecosistema: La falta de coordinación entre actores gubernamentales, privados y académicos dificulta el acceso a recursos, la implementación de programas efectivos y la sostenibilidad de iniciativas. La creación de mecanismos permanentes de colaboración, redes de cooperación y plataformas de información compartida es esencial para consolidar un ecosistema integrado y eficiente.
- Acceso a financiamiento: Los emprendedores enfrentan barreras significativas para obtener capital, especialmente en etapas tempranas. Es clave diversificar las fuentes de financiamiento, flexibilizar los requisitos y fomentar alternativas como inversionistas ángeles, fondos semilla y educación financiera para fortalecer la sostenibilidad de los negocios.
- Educación y cultura emprendedora: La formación en gestión, innovación y resiliencia es limitada, lo que afecta la preparación y confianza de los emprendedores. Incorporar el emprendimiento en la educación formal y no formal, junto con programas de mentoría y formación continua, es crucial para desarrollar capacidades técnicas y habilidades blandas necesarias para enfrentar los desafíos del mercado.
Estos aprendizajes subrayan que el futuro desarrollo del ecosistema dominicano requiere un compromiso conjunto y sostenido de todos los actores, orientado a políticas y programas que perduren en el tiempo y generen un impacto real en el desarrollo emprendedor.
Los resultados de este estudio se convirtieron en el insumo central para la formulación de la Estrategia Nacional de Emprendimiento 2025–2028, impulsada por el Ministerio de Industria y Comercio del país. Se trata de un ejemplo de cómo la investigación aplicada puede orientar políticas públicas y fortalecer la articulación entre Estado, academia y sector privado.
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VIN: Validar para crecer
Ernesto Etchemendy, Analista de Emprendimientos de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE) presentó los resultados de la implementación del programa Validación de ideas de negocios (VIN), que se ejecuta entre ANDE y ANII, la Agencia Nacional de Investigación e Innovación.
El VIN es un instrumento que brinda herramientas y acompañamiento a los emprendedores para validar sus ideas innovadoras o con valor diferencial. Para ello reciben el acompañamiento de una Institución patrocinadora, la asistencia de un especialista para elaborar un plan de validación y un aporte no reembolsable de USD 5.000 para implementar ese plan.
Los resultados compartidos por el estudio muestran que el proyecto VIN ha demostrado ser una herramienta efectiva para acompañar a emprendedores en la etapa inicial de sus proyectos. Entre 2020 y 2024, hubo 586 postulaciones de las cuales se aprobaron unas 210 (el 36%) que implicaron una inversión pública de 1,2 millones de dólares. El 87% de los proyectos aprobados logró finalizar, y de estos, poco más de la mitad (51%) lograron validar sus hipótesis técnicas y comerciales.
En otras palabras, un 16% de todos los proyectos presentados culminaron con una validación completa, permitiendo a los emprendedores “fracasar barato y rápido” y tomar decisiones estratégicas con información real y a bajo costo.
VIN no solo facilita la validación, sino que también sirve de “puerta de entrada” a otros programas: 27% de los proyectos finalizados accedió al Programa de Capital Semilla de ANDE y un 13% al Programa de Emprendedores Innovadores de ANII. Además, del total de beneficiarios, el 21% se constituyó efectivamente como empresa, existiendo casos que incluso lograron acceder a inversiones por poco más de 1 millón de dólares. La metodología flexible y adaptativa de VIN, combinada con la salida rápida al mercado, ha sido altamente valorada por emprendedores y organizaciones de apoyo.
Sin embargo, el proyecto enfrenta desafíos de concentración territorial y sectorial. Más del 60% de los proyectos aprobados provienen del área metropolitana de Montevideo. Esta concentración evidencia la necesidad de estrategias para ampliar el alcance geográfico y diversificar los actores involucrados, asegurando que el impacto de VIN llegue a todo el país y a distintos ecosistemas de innovación.
Tanto la experiencia dominicana como la uruguaya ponen en evidencia la importancia de generar conocimientos desde la investigación que fortalezcan las políticas públicas, tanto en su diseño como implementación y evaluación.
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