Líderes de los equipos técnicos de GEIAL en Santiago, Medellín, Quito, Tijuana y Barranquilla destacan los progresos en políticas públicas y el rol de las universidades. Sin embargo, subsisten desafíos en torno a la mayor articulación entre actores y al fortalecimiento de la gobernanza.
En un nuevo café entre ecosistemas del Grupo de Ecosistemas Inteligentes de América Latina (GEIAL) reunimos a Sandra Díaz, de Ematris y coordinadora de GEIAL Santiago; Andrés Calle de Ruta N y coordinador de GEIAL Medellín; Verónica Juna de Conquito y Andrés Arguello de UASB, ambos de GEIAL Quito; Ariosto Manrique del Consejo de Desarrollo de Tijuana y coordinador de GEIAL Tijuana y a Tito Crissien de Cientech, coordinador GEIAL Barranquilla para charlar sobre la evolución y los desafíos de sus ecosistemas.
Juan Federico: Si miran a su ecosistema hoy y hace tres años, ¿reconocen avances importantes? ¿Se está moviendo o está en una zona de confort?
Sandra Díaz (GEIAL Santiago, Chile): El ecosistema de Santiago muestra una situación mixta. Por un lado, se avanzó en términos de políticas públicas, impulsando el emprendimiento y la innovación. Sin embargo, hemos sufrido varios reveses significativos como el estallido social de 2019 o la pandemia, que desarmaron muchas dinámicas que habíamos logrado establecer, especialmente en términos de confianza y colaboración.
Juan Federico: Entonces, ¿dirías que ha habido avances, pero no en todos los aspectos?
Sandra Díaz (GEIAL Santiago, Chile): Sí, diría que hemos avanzado en ciertos aspectos, como las políticas públicas, pero hemos retrocedido en factores fundamentales, como la estabilidad y la confianza, que son cruciales para que esas políticas tengan el impacto deseado. El ambiente general es menos optimista que hace unos años.
Andrés Calle (GEIAL Medellín, Colombia): En Medellín, hemos trabajado intensamente en la actualización de políticas públicas, particularmente en ciencia, tecnología y emprendimiento. Esto nos ha permitido enfrentar desafíos importantes, aunque no ha sido un proceso exento de dificultades. En nuestro caso se destaca la inestabilidad política y económica a nivel nacional que termina impactando negativamente en nuestros esfuerzos. A pesar de esto, hemos logrado adelantar programas y proyectos que, aunque complejos, han contribuido al desarrollo del ecosistema.
Ariosto Manrique (GEIAL Tijuana, México): Tijuana es una ciudad única debido a su ubicación estratégica en la frontera con Estados Unidos. Esto la convierte en un lugar de paso, con un flujo constante de tecnología, talento y cultura. Sin embargo, esta misma dinámica ha dificultado la creación de un ecosistema estable y bien gobernado. La ciudad ha vivido lo que llamamos “middle-shoring” durante más de un siglo, siendo un lugar donde se producen y se transfieren tecnologías y talentos, muchas veces en dirección hacia el norte. Ese es el marco en donde entendemos a Tijuana, como la ciudad de inmigrantes, una ciudad que tiene 130 años nada más y es muy joven. Apenas tiene segunda y terceras generaciones, algo que la hace una ciudad sin arraigo, una ciudad de paso, una ciudad sin control, donde no hay gobernanza o, si la hay, es muy débil. Las universidades de la región han hecho un esfuerzo considerable por impulsar el emprendimiento, creando incubadoras y programas de aceleración. No obstante, estos esfuerzos a menudo no están bien coordinados entre sí, lo que reduce su efectividad. Además, el gobierno local ha sido inconsistente en su apoyo al ecosistema, con iniciativas que cambian o desaparecen con cada nueva administración. Esto ha impedido que se consolide un liderazgo fuerte y sostenido en la ciudad. Hace unos 2 o 3 años se creó el Consejo de Desarrollo de Tijuana, organismo mixto que surge para contribuir al desarrollo del ecosistema y somos quienes logramos sentar en una misma mesa a representantes de los gobiernos, universidades y empresas. Es una ciudad que tiene su naturaleza en el emprendimiento, ha avanzado como estructura, como ecosistema no, tiene a todos los actores pero no se conocen entre ellos.
Andrés Argüello (GEIAL Quito, Ecuador): Quito enfrenta una situación muy desafiante. Por un lado, estamos en un proceso de recesión que ha golpeado duramente al ecosistema emprendedor. Además, se está dando un proceso migratorio súper fuerte. A nivel de políticas públicas, el gobierno central no ha proporcionado el apoyo necesario para fomentar el desarrollo local, lo que ha creado un entorno difícil para los emprendedores. Sin embargo, la tasa de emprendimiento del GEM y la cultura emprendedora en Ecuador sigue siendo una de las más fuertes de la región, lo que nos da una base para trabajar hacia un mejor futuro.
Juan Federico: Verónica, ¿nos puedes complementar lo que decía Andrés?
Verónica Juna (GEIAL Quito, Ecuador): Andrés dio un panorama más macroeconómico. Desde una perspectiva más local, hemos logrado avances importantes al presentar los resultados de GEIAL 2023 a la Secretaría de Desarrollo Productivo del municipio. Esto ha permitido justificar ciertas políticas o evitar la reducción/eliminación de presupuesto. Por ejemplo, el año pasado logramos que se aprobara una ordenanza para el fomento del emprendimiento en Quito, lo que ha dado mayor institucionalidad a nuestras acciones. Sin embargo, enfrentamos grandes desafíos, como la falta de apoyo consistente desde el gobierno central. A pesar de esto, hemos podido mantener el capital semilla, lo cual ha sido crucial para apoyar a los emprendedores en este entorno tan difícil. Fue súper interesante mostrar el estudio de GEIAL 2023 y compartir cómo estaba Quito a nivel de otros países y cómo el capital semilla podía, de cierta manera, contribuir a inyectar capital para que esos negocios puedan surgir en este contexto.
Juan Federico: Tito, seguimos con Barranquilla, como ves al ecosistema hoy y hace tres años, ¿crees que hubo avances importantes o el ecosistema está cómodo en determinado estadio?
Tito Crissen (GEIAL Barranquilla, Colombia): Barranquilla ha experimentado un crecimiento notable gracias al fortalecimiento de sus universidades, que se han convertido en actores clave en el ecosistema. Estas instituciones han adoptado un enfoque de tercera generación, donde no sólo se enfocan en la enseñanza, sino también en la investigación y la extensión hacia el sector empresarial. Por lo tanto, en el ecosistema las universidades y el Estado están muy alineadas, pero nos falta acercarnos más hacia todo el sector empresarial. Hay dos o tres grandes industrias que vienen trabajando el tema con nosotros y vienen aprovechando iniciativas del gobierno nacional como beneficios tributarios por invertir en ciencias en innovación. Sin embargo, aún enfrentamos el desafío de integrar más efectivamente a las medianas empresas. Ese es el aspecto a mejorar, ese es el tema que estamos trabajando ahora mismo para poder articularnos más con el sector empresarial, pero desde el sector público, la alcaldía y la gobernación del departamento del Atlántico.
Juan Federico: Aprovecho que empezaron a abrir la caja del ecosistema. Sandra, ¿qué otros actores del ecosistema reconoces que estuvieron avanzando en este tiempo? ¿Y qué actores, por ejemplo, retrocedieron en esta evaluación que hicieron de Santiago?
Sandra Díaz (GEIAL Santiago, Chile): Sí, justo Tito tocó el tema de los que avanzaron. Voy a empezar por lo positivo que son las universidades. La mayoría de las universidades hace 10 años tenían una vinculación con el medio, pero ahora su tercera misión está mucho más orientada a hacer un aporte concreto. Además, el Comité Nacional de Acreditación, de alguna forma, está poniendo algunos indicadores de impacto que buscan medir y considerar eso en el proceso de acreditación. Esto ha hecho que el subsistema universitario se mueva de forma más decidida, creando redes virtuosas, como una red de gestores tecnológicos. Algunas universidades, como la Católica, han tomado liderazgo en esto. Además, ha habido incentivos concretos de financiamiento, destacándose el rol del Ministerio de Ciencia, que se creó hace tres o cuatro años, y que le ha dado mucho énfasis a poner instrumentos y una política CTCI orientada a la tercera misión, a fortalecerla.
También ha avanzado bien todo lo que tiene que ver con la promoción de la empresa de base científica tecnológica. Creo que Chile tiene bastante que contar sobre cómo se hace y cómo se promueve, aunque aún falta mucho. Por la situación nacional, estas empresas han tendido a buscar otros ecosistemas más virtuosos, y nuestra política de apertura internacional ayuda mucho. Es común que vayan a Estados Unidos, Europa, Israel, e incluso Corea. Esto ha generado una fuga de talento, pero también mantiene una parte aquí en Chile.
En cuanto a lo que no ha ido tan bien, desde el estallido social en 2019, ha habido una disminución en la inversión, tanto extranjera como local. Muchos inversionistas, incluso fondos de Venture Capital, han decidido financiar proyectos en otros lugares como Colombia o Estados Unidos, debido a la inestabilidad política e institucional en Chile. Sin reglas claras, los inversionistas buscan entornos más estables. Sin embargo, sectores como el hidrógeno y el litio están mostrando un desarrollo prometedor.
Juan Federico: Andrés, cuéntanos entonces, haciendo un poco de Zoom sobre Medellín. En estos tres años, ¿qué actores o qué dimensiones del ecosistema están “avanzando bien” por usar la frase que usó Sandra? ¿Y qué actores o dimensiones del ecosistema no están tan bien?
Andrés Calle (GEIAL Medellín, Colombia): Sí. Básicamente, en Medellín ha funcionado muy bien todo lo relacionado con la generación de nuevas soluciones y startups. Pero compartimos un problema, como lo mencionaba Andrés Arguello, y creo que es un problema regional: la fuga de talentos. Con contextos macroeconómicos inestables, muchas empresas que nacen en Medellín emigran rápidamente a países como Estados Unidos o México, que se ha vuelto un paso intermedio antes de llegar a mercados más grandes.
Es algo natural, pero lamentablemente no logramos generar un arraigo para que mantengan operaciones locales que permitan crear nuevos emprendimientos en Medellín. Esto es lo que está fallando, a pesar de que siempre se generan buenos proyectos aquí. Además, el tema de la inversión ha sido golpeado. En Medellín, hemos visto que la inversión empezó a disminuir después de 2021, con una caída en 2022 y 2023 en montos y número de acuerdos. Como las empresas no maduran aquí, se crean y se van rápido, esos acuerdos no cuentan para el ecosistema y dejan un vacío importante. Esto provoca que dejemos de ser atractivos para los inversionistas y no podamos usar esto como herramienta comercial para promocionar la marca ciudad. Cada ecosistema tiene su propia marca y atributos diferenciadores, pero esta situación dificulta que Medellín se posicione como un lugar atractivo para emprendimientos.
Juan Federico: En dos palabras cuéntanos sobre las universidades, algo que ya mencionaron Tito y Sandra.
Andrés Calle (GEIAL Medellín, Colombia): Perfecto. Sí, desde las universidades vemos que hay un problema. En Ruta N hemos identificado que las grandes universidades públicas, que son fuertes en investigación, tienen dificultades para transformar esas soluciones en productos comercializables. Existe una brecha en la conversión de los resultados de los grupos de investigación en soluciones de mercado. Las universidades privadas han avanzado más en este aspecto, ya que tienen unidades de extensión más fuertes. Sin embargo, en el ámbito público, hay un freno para que las investigaciones se conviertan en productos comercializables. Se ha estado trabajando en modelos de spin off, pero el problema principal es la alta aversión al riesgo en las universidades públicas, lo cual no está alineado con lo que el mercado demanda.
Juan Federico: Gracias, Andrés. Voy a Tijuana… en este ecosistema que se está formando como una ciudad de paso, Ariosto, en estos últimos tres años, ¿cuáles son las tres fuerzas que están dinamizando este ecosistema y cuáles son las que todavía no se subieron al tren?
Ariosto Manrique (GEIAL Tijuana, México): Yo creo que las universidades han avanzado. Algunas tienen esfuerzos propios en emprendimiento, con proyectos de incubación o aceleración. Incluso la universidad pública más grande, con entre 35 y 50 mil alumnos, ha desarrollado un sistema de emprendimiento. Cada facultad tiene un coordinador de emprendimiento, y han integrado materias de este tipo en los planes de estudio. El reto es que no se conocen entre ellas. Antes de la pandemia, hice una reunión con los responsables de emprendimiento de las diferentes facultades y descubrí que no había comunicación entre ellos, a pesar de estar en edificios contiguos. Ahí empieza el desafío de articular estos esfuerzos.
Creo que los organismos empresariales y las cámaras también han trabajado en el tema con algunos grupos aislados para fomentar el emprendimiento juvenil, y aunque hay esfuerzos, son temporales.
El gobierno no ha avanzado lo suficiente por la falta de continuidad. Es crucial que el Consejo de Desarrollo de Tijuana se mantenga independientemente del partido en el poder, para consolidar el trabajo conjunto entre los sectores público, privado y académico.
Además, hay un problema con el acceso a fondos. Aunque hay mucho dinero circulando, no hay capital organizado ni cultura de inversión. Tijuana, con tres millones de habitantes, no tiene un fondo de inversión sólido. Las sucursales bancarias más grandes no ofrecen programas de crédito para emprendedores, y tratan por igual a empresas pequeñas, medianas y grandes. Falta una cultura financiera para apoyar el emprendimiento.
Juan Federico: Verónica, vos que estás en una agencia de desarrollo local, ¿cómo ves, en el caso de Quito, la evolución del rol del sector público en el ecosistema? Según tu opinión, ¿qué otros actores del ecosistema se están moviendo? ¿Y qué otros actores del ecosistema aún están dormidos?
Verónica Juna (GEIAL Quito, Ecuador): El alcalde está haciendo una buena aproximación con el sector privado. Por ejemplo, con la AEI (Alianza para el Emprendimiento e Innovación) estamos impulsando el distrito de innovación. Tenemos un reto con las universidades, especialmente en la generación de emprendimientos de base científico-tecnológica. Este año, uno de los problemas que enfrentamos en la medición de GEIAL fue la falta de registros de este tipo de emprendimientos, lo que nos llevó a activar a las universidades.
Desde Conquito incentivamos y articulamos ciertos temas, aunque no nos consideramos los articuladores de todo el ecosistema emprendedor. En ciencia y tecnología, estamos muy atrás. La innovación se ve más en las universidades privadas que en las públicas, donde la burocracia ha sido una limitante. Sin embargo, hemos trabajado juntos, entidades públicas y privadas, y con el capital semilla de Conquito buscamos incentivar soluciones, lo que atrae a nuestros aliados.
El actor que aún no se ha integrado del todo es el gobierno nacional. Aunque tenemos un órgano y una institucionalidad, no está funcionando bien, y la falta de continuidad de los planes del Ministerio ha sido un problema. El instrumento para las leyes de emprendimiento e innovación no se está utilizando bien, lo que genera desgaste entre los aliados que intentamos avanzar con el Consejo Nacional de Emprendimiento e Innovación (CONEIN) pero muchas cosas no se han concretado.
Juan Federico: ¿Nos explicás en dos palabras qué es el CONEIN?
Verónica Juna (GEIAL Quito, Ecuador): Sí, el CONEIN es el Consejo Nacional de Emprendimiento e Innovación. Ecuador aprobó la Ley de Emprendimiento e Innovación en febrero de 2020, durante la pandemia, con el objetivo de unir a todas las entidades del ecosistema para crear una agenda colaborativa y tener planes de acción concretos. Aunque ya teníamos una institucionalidad y líneas claras, los cambios en el gobierno han afectado su implementación. Algunos aliados, como la AEI, han brindado soporte técnico, pero los cambios en las autoridades han detenido el progreso, lo que ha generado frustración entre los involucrados, ya que no depende de nosotros sino del Consejo.
Juan Federico: Andrés, ¿algún actor que veas avanzando en el ecosistema de Quito y alguno que esté rezagado?
Andrés Argüello (GEIAL Quito, Ecuador): Las universidades, instituciones locales y privadas han impulsado el desarrollo de talento humano y cultura emprendedora. El financiamiento ha mejorado, aunque de forma gradual. La AEI, que agrupa a casi 100 instituciones, está trabajando para unir esfuerzos públicos y privados. Las universidades públicas, como la Universidad Central, avanzan en innovación, pero enfrentan trabas normativas, mientras que las privadas llevan la delantera y sirven como modelo en investigación y desarrollo (I+D).
Juan Federico: Tito, volviendo al tema de las universidades y su interacción con el ecosistema empresarial y gubernamental en Barranquilla, ¿cómo están trabajando los gobiernos locales en el apoyo al emprendimiento? ¿Qué instrumentos utilizan y cómo ha evolucionado su papel en los últimos tres años?
Tito Crissien (GEIAL Barranquilla, Colombia): En Colombia, el Estado, a través de varios ministerios y entidades como Innpulsa, juega un rol crucial en el apoyo a la innovación y startups. A nivel local, los consejos departamentales de ciencia y tecnología, como el del Atlántico, priorizan y coordinan proyectos con las universidades. En Barranquilla, además, la ciudad cuenta con una secretaría que fomenta el desarrollo y ha invertido considerablemente en este ámbito. La incubadora local y el crecimiento del sector fintech son ejemplos destacados del dinamismo en la región.
Juan Federico: Vamos a hacer una ronda rápida sobre el liderazgo del ecosistema en cada ciudad. ¿Quién está ejerciendo el liderazgo? ¿Es un liderazgo compartido, en gobernanza, o ha cambiado en los últimos tres años?
Andrés Calle (GEIAL Medellín, Colombia): En Medellín, Ruta N lidera el ecosistema según la política pública actual, con una estructura de gobierno clara para cada actor. Además, el CUEE (Comité Universidad, Empresa Estado) que lleva más de 20 años trabajando en la ciudad, también juega un rol importante en la toma de decisiones y coordinación.
Tito Crissien (GEIAL Barranquilla, Colombia): En Barranquilla, las universidades como la Simón Bolívar y la Universidad de la Costa han liderado durante los últimos 10 años. Desde la Universidad de la Costa, hemos creado Cientech, una oficina de transferencia tecnológica y resultados de investigación entre las universidades.
Sandra Diaz (GEIAL Santiago, Chile): En Santiago, CORFO ha sido históricamente el líder del ecosistema, pero con el enfoque hacia la descentralización, el foco ha estado muy puesto fuera de Santiago y eso ha dejado como un pequeño vacío del liderazgo. Las universidades tienen un papel importante, pero falta una mejor articulación y un sector público más proactivo.
Andrés Argüello (GEIAL Quito, Ecuador): En Quito, la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación es el principal motor del ecosistema, ayudando a articular y generar proyectos.
Vero Juna (GEIAL Quito, Ecuador): Coincido con Andrés. La AEI ha sido fundamental en la articulación del ecosistema y en los proyectos colaborativos.
Ariosto Manrique (GEIAL Tijuana, México): En Tijuana, el liderazgo ha sido variable. Actualmente, el Consejo de Desarrollo de Tijuana está empezando a destacar y a recibir atención de la prensa en temas de emprendimiento, mostrando un creciente liderazgo.
En conclusión, los líderes de los ecosistemas de Santiago, Medellín, Quito, Tijuana y Barranquilla discutieron la evolución y los desafíos que enfrentan sus ciudades. Entre los avances, destacaron la actualización de políticas públicas y el fortalecimiento del rol de las universidades, pero persiste la necesidad de fortalecer la gobernanza y articular mejor los esfuerzos, especialmente en entornos inestables y donde la fuga de talento y la falta de inversión siguen siendo obstáculos importantes.