El emprendimiento corporativo no sólo se limita a los emprendimientos internos o al capital de riesgo corporativo; también incluye la renovación organizacional y el intrapreneurship, inculcando una perspectiva empresarial en los empleados, particularmente aquel comportamiento alineado con la rapidez y flexibilidad en las acciones. No obstante, tales intentos merecen ser llamados “promoción de emprendimientos” sólo cuando están íntimamente relacionados a la creación de nuevos negocios, nuevos mercados y en un sentido más amplio, a nuevos valores. Esto quiere decir que el emprendimiento, tanto individual como corporativo, crea por definición algo nuevo, aunque muchas veces tenga como base a empresas o tecnologías ya existentes. Pero desde luego, la promoción de empresarialidad requiere movilizar nuevos recursos y/o cambiar la asignación de recursos existentes.
En base al presente estudio, el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) concluye que el concepto de emprendimiento corporativo tiene el potencial de ser una herramienta poderosa para el desarrollo. El propósito principal de las intervenciones del FOMIN será desarrollar plataformas que promuevan el emprendimiento corporativo dentro de las organizaciones existentes, como una de las maneras más costo-efectivas para el desarrollo del sector privado. Algunos elementos que justifican esta estrategia se describen a continuación.
En primer lugar, el mayor desafío al que se enfrenta América Latina es movilizar el capital existente exponiendo los nuevos negocios en los mercados reales, en lugar de incubarlos en ambientes que los protegen, tal como es el caso de las incubadoras tradicionales. Segundo, el emprendimiento corporativo es un curso de acción casi inevitable que debería ser parte de la dirección natural de negocios de las empresas establecidas. Tercero, es muy probable que la promoción del emprendimiento corporativo contribuya a la formación de prósperos clusters o ecosistemas emprendedores.
Como se podrá leer en este libro, las aproximaciones o modelos del emprendimiento corporativo varían enormemente; por ejemplo, “spin-off” no es el único caso prominente del emprendimiento corporativo; otras formas incluyen alianzas empresariales, inversiones conjuntas, o negocios complementarios que colaboran aún con empresas rivales. Mientras que la innovación individual puede y debe ser parte de la estrategia institucional, será esencial la creación de plataformas concretas que incorporen la cultura corporativa, reglas y sistemas. El elemento clave para el éxito es, nuevamente, determinar el modus operandi para hacer funcionar los activos de las empresas existentes como fortalezas, y no como elementos débiles o limitantes.
Para terminar las intervenciones del FOMIN se desarrollan bajo la premisa de que los emprendedores “no nacen sino que se hacen”. Precisamente porque todos tienen el potencial emprendedor, estimulando el conocimiento y las ideas, y aún la cultura de la organizacional, se podrá catalizar la empresarialidad. Los proyectos financiados por el FOMIN o terceros deben ayudar a definir el comportamiento organizacional para alcanzar tales objetivos. Evidentemente, lo que se busca quizás no sea la receta perfecta para los problemas de la región. No obstante, lo que sí queda claro es que se necesita un análisis exhaustivo de los problemas que enfrentan y buscar soluciones que deberán aplicarse en la dirección correcta, por muy vagas o populares que sean. Si se puede conseguir eso, es posible que el “oxímoron” se convierta en “aufheben”.